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martes, 3 de julio de 2018

Esta tarde empiezo la temporada de verano



Tras una época en la que he tenido que poner a prueba mis dotes de malabarista para poder organizar a la gente de casa y los horarios de cada uno para poder llegar a todo, parece que ha llegado la calma. Hoy he acabado el curso más importante de los que estaba haciendo y con él también mi contrato queda rescindido. Así que, aunque en las noticias se empeñen en decir que el paro baja, en breve tendré que ir a apuntarme.

Sigo creyendo firmemente que algo maravilloso me va a pasar, que pronto tendré esa oportunidad profesional que tanto espero. Pero parece que, de momento, toca apartar todo esto y disfrutar del verano y sobre todo de mis hijas y mi marido; que ya va tocando...

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domingo, 2 de julio de 2017

Ha sido duro..

He estado ausente. He abandonado literalmente las redes sociales y podría decir que incluso he eliminado mi vida social de mi horario personal. Un gran sacrificio, sin duda, pero todo tiene un motivo.

En septiembre empecé a estudiar a distancia el Máster de Comunicación corporativa, eventos y protocolo. Un gran reto teniendo en cuenta que no es exactamente mi campo, ya que yo provengo de filología y este máster se corresponde a la rama de comunicación. Sin embargo, si realmente quería desvincularme de la docencia tenía que hacer un giro radical y este fue el camino que elegí. También creí conveniente empezar a estudiar francés. Ya lo había hecho en el pasado, pero aún así quise empezar desde cero para refrescar conocimientos y también para ir más tranquila, por si esto de estudiar a distancia era demasiado duro para mí. Hasta aquí todo bien, todo compatible. 

En diciembre me informaron de que a principios de año empezaría un curso subvencionado de auxiliar administrativo que hacía tiempo que quería hacer, por lo que enseguida me informé y me apunté. En otras palabras, en enero ya estaba estudiando tres cosas a la vez.

En marzo me llamaron para hacer de profesora en unos cursillos que iban a durar tres meses. La verdad es que las condiciones de trabajo me eran muy favorables y la única pega era el horario, que me obligaba a llegar a casa cada día más tarde de las diez de la noche y muchos días ni veía a mis hijas. Sin embargo, seguía teniendo tiempo para todo lo que me había propuesto hacer: por las mañanas iba al curso, podía asistir a las clases de francés y el máster, como era a distancia, lo iba haciendo a ratos. Incluso así, podía plantearme aceptar el trabajo y conseguir un dinero extra que nos vendría muy bien.

Pero es que la cosa no se queda aquí, porque en abril (tal vez dos semanas después de aceptar el contrato de los cursos) me llamaron de una fabrica ubicada en la misma ciudad que vivo para trabajar en las oficinas. Me ofrecían hacer una substitución con grandes posibilidades de quedarme en plantilla. En la entrevista conecté enseguida con la jefa y a los pocos días empecé a trabajar. Aquí la cosa ya se complicaba porque al tener el día veinticuatro horas parecía que no me daba para todo... Por eso decidí "desaparecer" de las redes sociales e incluso abandonar el resto de actividades que llevaba a cabo (incluida mi aportación al AMPA de la escuela). Además, tuve que dejar el curso de administrativo para poder ir a trabajar a la fábrica. Mi gran suerte fue que como ya había superado el porcentaje de asistencia mínima, el hecho de que dejara de ir no fue un escollo insalvable. 

También me pasó algo parecido con francés. Fue un curso del que saqué mucho provecho. El profesor ya me dijo que no tendría que haber empezado en primero, pero me pareció lo más adecuado y no me arrepiento nada. Simplemente tuve que dejar de ir a las clases y aún así pude pasar a segundo con buena nota.

Total, que me encontré con los dos trabajos y el máster. Sí que eran muchas menos cosas que atender de las que tenía de buen principio, pero esto de estudiar a distancia se me hacía muy cuesta arriba y el máster era cada vez más complicado. Pero, por suerte o por desgracia, el tiempo siempre pasa sin compasión y a día de hoy ¡me siento una mujer libre! He acabado el primer curso del máster y aunque aún me queda otro ahora me siento más tranquila, como si empezara las vacaciones. Porque es que además ya he terminado de impartir clases en dos de los tres cursos para los que me habían contratado y eso implica también el tener más tiempo libre. 

Sin embargo, todavía tengo pendiente de hacer las prácticas del curso de administrativo y lo más seguro es que las haga en verano. Y llegados a este punto tal vez te preguntes por qué hago prácticas de administrativo si estoy trabajando en las oficinas de una fábrica y tal vez me las pueda convalidar. Pues haces bien en preguntártelo porque es cierto que podría hacerlo, pero no acabo de ver claro que me quede trabajando allí una vez finalice mi contrato y prefiero curarme en salud y abrirme una posible nueva puerta dándome a conocer en otra empresa.

¿Cuáles son mis planes de cara al próximo curso? Lo cierto es que tengo tantos condicionantes que no estoy segura de lo que pasará. No sé si me renovarán contrato, por lo que no sé cuál será mi autonomía económica para entonces. No sé si la empresa en la que haga prácticas me ofrecerá trabajo al finalizarlas, por lo que no sé si me interesará más cambiar de empresa aunque me renueven. No sé si suspenderé alguna asignatura del máster, por lo que no estoy segura de si podré seguir el plan de estudio que me había planteado desde un principio. No sé cómo me quedará el horario una vez tenga claros el resto de condicionantes, por lo que no tengo ni idea de cómo debería matricularme de francés ya que desde julio me piden que elija la franja horaria que me gustaría. En definitiva, tengo tantas incógnitas que voy a ir pasito a pasito:

Si sigo la línea temporal, lo primero va a ser que me digan cuál es la empresa en la que haré las prácticas y hacerlas. El siguiente será saber si me renuevan el contrato en la fábrica y ahí posiblemente llegue el momento de decidir porque, si la empresa de prácticas me hubiese hecho alguna oferta, a esas alturas ya lo sabría. Después llegaría el momento de pensar en los estudios; una vez claro el plano laboral será más fácil decidir cuál será el académico y en este sentido tendré que decidir sobre qué hacer con el máster y francés. Así que dicho esto, no creo que pueda mover ficha en cuanto a los estudios hasta por lo menos septiembre.

Y hasta aquí la historia y justificación de mi desaparición virtual. Ha sido duro. He pasado muchísimos nervios. He estado muchas noches sin dormir lo que debería. Mi mente se ha visto colapsada en más ocasiones de las que me hubiese gustado. He dejado de banda a mi familia para priorizar mis obligaciones y por fin puedo decir que todo esto va quedando atrás. O por lo menos, esos instantes de tanta tensión sí. Sin embargo, y a diferencia de otros veranos, éste va a ser bastante movidito... porque es que tampoco me puedo olvidar de mi fanfic. Tal y como prometí en su momento, julio ya ha llegado y con él toca publicar capítulos nuevos. Espero que mi proyecto consiga sus objetivos: lectores y crítica constructiva.

sábado, 23 de agosto de 2014

Me estoy estresando

Las vacaciones se han transformado completamente. Las obras en el baño se han transformado en una pesadilla, y lo cierto es que ya lo sabía, que era consciente de lo que representaba hacer obras en casa, pero tanto Eladio como yo creímos que si se hacía se tenía que hacer bien. El plano inicial se fue transformando y poco a poco fuimos dibujando un cuarto de baño totalmente distinto a lo que teníamos pensado. Hemos cambiado el inodoro de sitio, hemos elevado una parte del suelo para poner el plato de ducha encima, pondremos mampara, cambiaremos el mueble del lavabo, pondremos el suelo nuevo... Resumiendo, nos va a quedar un cuarto de baño nuevo. Esta es la parte positiva, la negativa es que tengo una polvareda en casa que no me imaginaba yo que llegaría a tener nunca. No es que sea una maniática de la limpieza, ni mucho menos, pero es que hemos tenido que empaquetar a las niñas en casa de mis suegros porque hasta las sábanas tienen polvo y aunque las cambiemos sería en vano.

La habitación de Irene, contigua al cuarto de baño, está totalmente impracticable porque hemos hecho una regata en el tabique para poder poner la nueva instalación de agua. Eso quiere decir que hemos tenido que apartar los muebles, y la sorpresa ha sido encontrar una mancha de humedad, así que puestos a liarla hemos decidido pintar la habitación y hacerle un "lavado de cara" porque es que también le hacía falta ya que desde que nació la niña que no lo habíamos hecho. El problema es que vamos encadenando cosas. Como hemos comprado pintura para eliminar el moho para la habitación de Irene, hemos aprovechado para tratar otra mancha de humedad que tenemos en el comedor, lo que implica que tendremos que pintarlo también. Si a todo eso le sumamos la ansiedad que me está entrando de ver que nos queda una semana antes de que a Eladio se le acaben las vacaciones y que por lo menos un día lo tendremos que emplear en ir a comprar la flauta, la situación cada vez se parece más a un túnel largo que al final tiene luz, sí, pero que sigue estando muy al fondo y que ahora mismo me parece inalcanzable.

Falta que nos pongan el grifo, los azulejos y la mampara. Hemos puesto el inodoro nuevo, una parte del suelo y el plato de ducha (incluyendo la elevación). Y todo esto forma parte de la primera parte de la obra, porque esa es otra y es que tendremos que hacerlo en dos fases ya que al final el proyecto se nos ha ido totalmente del presupuesto y ahora mismo no podemos comprar el mueble del lavabo y un auxiliar, que es lo que nos faltaría de mobiliario. Por otro lado también tiene que venir el carpintero a cortar la puerta (por el tema de poner las baldosas del suelo encima de las que ya hay) y eso implica que sólo tendremos la mitad del suelo nuevo para evitar que la puerta roce. Pero eso quedará para la segunda fase, que esperemos que pueda llevarse a cabo antes de que se acabe el año. Aún así, lo que queda por hacer no provocará mucho más polvo. Creo que lo peor ya pasó. Hoy me he puesto a barrer y he sacado un recogedor entero de polvo, restos de escombros y pelusas y aún así se sigue viendo igual de sucio. Tengo cartones de cajas enormes en el pasillo que no puedo tirar todavía, no puedo pintar el cuarto de Irene porque el tabique aún está húmedo, no puedo lavar la ropa porque no puedo tenderla (el material de obra y las herramientas están dónde pongo el tendedero) y muchas cosas más que me impiden poner orden en mi casa.

Me estoy estresando porque a Eladio sólo le queda la semana que viene de vacaciones, tenemos que pasar por lo menos un día fuera para comprar la flauta de Irene, las obras siguen a medias y además está la limpieza de casa que creo que va a ser la leche. Además, en septiembre me tendré que poner las pilas para preparar las clases y coordinarme con la jefa que a mediados de mes empezaremos a trabajar con los niños. Eso es sinónimo de la vuelta al cole y tengo que probarles las batas, calzado, etc. para no encontrarme con ninguna sorpresa. También tenemos que empezar a trabajar con los horarios de ir a dormir para que vayan acostumbrándose a lo que será la rutina habitual. En fin, muchas cosas por hacer y temo que se nos eche el tiempo encima. Espero que mi estrés sea puramente psicológico y que no sea real. Seguiré informando...

jueves, 31 de julio de 2014

¿Trabajo? ¡Trabajo!

Pues sí. ¡El trabajo de la academia es mío! Sí señor. Realmente estuvimos hablando de detalles, pero de los que ella no me facilitó porque creyó que sería más conveniente hacerlo directamente con la persona que quería finalmente contratar. Después me dejó la opción de aceptar o rechazar su propuesta. Por supuesto la acepté. A partir de entonces estuvimos hablando de la organización de los grupos, de cómo se trabaja allí, de la metodología, de los objetivos y de toda la jerga correspondiente a la educación.

Cambiar de etapa me da un poco de miedo porque cuando te enfrentas a algo que para ti es desconocido este sentimiento inevitablemente aparece. Tengo miedo de no dar la talla, de traicionar de alguna manera su confianza, de decepcionarla. Veo que es una mujer tremendamente organizada y responsable, que me va a exigir mucho (cosa que me gusta porque yo también lo soy, al menos con el trabajo), siempre me habla claro y temo no estar a la altura de sus expectativas. Sé que me recomendaron, que ella me miró con otros ojos desde el principio por lo mismo y espero llegar al nivel de exigencia que me pida. Veo perfectamente que le encanta su trabajo, que le pone todo lo que tiene en ello, y yo, que para mí no es un trabajo vocacional (aún), estoy preocupada por no ser suficiente.

Ahora mismo, tal vez impulsada por la incertidumbre que siento, veo más inconvenientes que ventajas, pero también veo lo afortunada que soy de poder decir que he conseguido un trabajo. Lo que más me preocupa es el horario porque nos obliga a cambiar las rutinas. Tendremos que decidir qué hacemos con las niñas cuando salgan de la escuela, tanto los días que tengan actividades como los que no. Tendremos que sopesar si sale a cuenta que se queden a comedor o no, eso dependerá de cómo me organice las mañanas que, en principio, las tendré libres. Son muchas decisiones las que tendremos que tomar. Necesitaremos también un plan B en el supuesto de que alguna cosa falle, que siempre puede pasar. Son tres, no una o dos, y tampoco hacen las mismas actividades.

Ahora estoy con el cuento de la lechera en mente. "¿Y qué haré con mi primer sueldo?". Siempre pensé que cuando acabara la carrera y empezara a trabajar tendría un detalle con mi benefactor: con mi marido. Aún quiero y pienso hacerlo. Espero que no se oponga. También creo que ha llegado el momento de hacer unas reformillas más en casa. Es lo que pasa cuando tienes que ir remodelando el piso poco a poco, que cuando crees que has acabado por una punta empiezan a salir cosas por el extremo por el que empezaste. Y así es: el baño necesita unos arreglillos. No quise cambiar los sanitarios porque tenían un diseño cuadrado que me encantaba pero se han puesto de un color feo que por más que limpies se ven sucios y además alguno se ha empezado a deteriorar seriamente con la aparición de grietas. Hace unos meses lo dijimos como algo que se haría a largo plazo, pero ahora creo que ya es una reforma necesaria. Como mínimo el inodoro y el lavabo. La bañera (que lo suyo sería transformarla en ducha) será más difícil...

También queremos comprar la flauta de Irene. Ya que para ello tendremos que ir hasta la capital aprovecharemos para hacer un poco de turismo. Seguro que la tienda de instrumento es impresionante por sí sola, pero aprovecharemos la ocasión para visitar otras cosas y pasar el día allí, lo que quiere decir que es necesario planificarlo todo. Y no me refiero solo a esa jornada sino también al resto de los días porque Eladio pronto tendrá vacaciones y si realmente queremos hacer todo lo que tenemos en mente necesitaremos organización de la buena. Es que también queremos pintar y eso implica que este año nos quedaremos ora vez sin ir al pueblo. Me da pena, de verdad, incluso estaba dispuesta a adelantar por mi cuenta tareas que habíamos dejado para hacer durante las vacaciones, pero hasta yo me doy cuenta de que quiero abarcar demasiado y que no es posible. No me queda otra mas que resignarme.

La novela, por otro lado, sigue su curso. Este verano la terminaré, estoy segura. Aún no tengo demasiado claro cómo será el final. Voy haciendo sobre la marcha, pero no me queda mucho y lo sé. Cuando la termine empezaré de nuevo por el principio y la modificaré. Me doy cuenta que he madurado literariamente y estoy segura de que puedo reflejarlo en mi narrativa. Una vez la dé por finalizada no sé que haré. Supongo que se la pasaré a alguien con criterio para que la revise y me la critique, pero que lo haga de verdad, porque las candidatas que he tenido hasta el momento no han sido muy colaborativas... Lo veo a años luz, pero es posible que al final me anime a enviar la historia a una editorial. ¿Quién sabe?

Y así están las cosas. Me reitero diciendo que estoy ilusionada con mi nuevo trabajo (o tal vez esto no lo dije antes preocupada nada más que por la parte negativa) y que tengo ganas de empezar, aunque no demasiadas porque me gustaría zanjar todas las otras cosas antes y así afrontar la nueva etapa que me espera sin lastres.

jueves, 17 de julio de 2014

Al fin salimos de la Comarca. Ya queda menos hasta llegar a Mordor.

Pues este título tan literario es simplemente para anunciar que ya tengo todas las notas de la carrera. Expediente cerrado. Finito! No estoy de acuerdo con todas ellas, sobretodo con la de prácticas (responsable de ella mi tutora académica, no el tutor de la empresa), pero esto se terminó y, como me dijeron en el pasado, una vez tenga el título en mano nadie me preguntará cuántas matrículas de honor me dieron. De hecho, si no tengo intención de continuar estudiando la nota que me queda de expediente tampoco es importante. Eso sí, el importe que hay que pagar para tramitar el título y/o un certificado del mismo ¡es un robo a mano armada! Como si los créditos ya de por sí no fuesen caros a estas alturas. Como mínimo a los becado o a las familias numerosas nos tendrían que hacer algún tipo de descuento...

Por otro lado, sigo a la espera de los dos trabajos que me ofrecieron. La semana que viene, si no hay novedades, haré más movimientos. De momento, prefiero enfrascarme en una buena lectura y dedicarme a mi propia escritura. La novela sigue adelante, aunque torpemente y con muchísima inseguridad.

jueves, 3 de julio de 2014

Un día a día diferente

Estaba deseando volver a la rutina para ejercer de madre, de esposa y de ama de casa como mínimo hasta que pusiera un poco de orden en mi hogar; sin embargo no está siendo así. Después de hacer la defensa del TFG me sentí liberada, como si después de varios mese de lucha constante y esfuerzo fuese unas especie de Houdini que por fin tiene éxito en su escapismo convencido de que en adelante las cosas serán distintas. Me sentía en una nube irreal creada por mi propio orgullo y las alabanzas de todos aquellos que habían confiado en mí. De hecho, sigo en la nube, disfrutando del momento...

Pero también tengo que tocar con los pies en el suelo y mirar directamente a la realidad, sin filtros. Lo más importante ahora es encontrar trabajo y empezar a aportar ayuda económica a la familia. Por eso me propuse empezar por el primer sitio dónde me gustaría trabajar: la editorial donde hice las prácticas. Fui allí, hablé directamente con la jefa, le conté cuáles eran mis intenciones y le pedí que fuese franca conmigo, que me dijera sinceramente si tenía futuro en esa empresa o no. Ella me correspondió y me dijo que hasta otoño no podía ofrecerme nada estable y que llegado el momento tampoco me lo podía prometer porque no dependía sólo de ella, sino también de cómo resultaban una serie de inversiones que tenía entre manos. Me dijo que no me tomara lo que me estaba diciendo como si me estuviera cerrando la puerta en los morros sino como si la dejara entreabierta para poderla atravesar en el futuro. También me sorprendió proponiéndome trabajar para ellos de manera externa a través de trabajos esporádicos que podría hacer desde casa. Acepté. Creí que sería una buena forma de no perder el contacto y de conseguir entrar poco a poco por la puerta de atrás. Tampoco era algo definitivo ya que tenía que consultarlo con el editor y decidir en todo momento si me podían mandar algo para hacer y el qué. Me fui de allí satisfecha, convencida de haber hecho lo correcto, pero con el miedo de pensar que tal vez no habían sido tan sinceros conmigo como parecía... ¡A veces soy una auténtica paranoica!

Por otro lado, y sin que lo buscase siquiera, me han ofrecido un puesto de trabajo en la misma ciudad en la que vivo. La ventaja es que no necesitaría utilizar ningún medio de transporte porque podría ir a pie, la desventaja es el horario que es por las tardes a partir de que los críos salen del cole ya que se trata de una escuela de Inglés. Siempre he dicho que mi propósito después de acabar la carrera no era ser profesora de inglés, aunque tampoco descartaba esa posibilidad, simplemente anteponía el resto; y la verdad es que cuando me ofrecieron el puesto acepté ir a la entrevista por cortesía pero con la mente clara de que aquello no era lo que yo quería. Sin embargo, a medida que maduraba la noticia me daba cuenta de que no era tan mal partido. Si tenía suerte y en la editorial me ofrecían trabajar de externa haciendo trabajos esporádicos podría combinármelo perfectamente con el trabajo de maestra y además me daba la opción de estudiar francés en la escuela oficial de idiomas por las mañanas, si al final me decido a hacerlo. Así que fui a la entrevista con un poco de indecisión que no quise mostrar aunque fui muy sincera con ella. Creo que causé buena impresión y ella también lo hizo en mí. Ahora me toca esperar hasta final de mes, que será cuando me diga cuál ha sido su decisión ya que quería entrevistar a un par de personas más y ver otras opciones antes de decidirse. El punto a favor que tengo es que yo llegué allí con muy buenas referencias, cosa que agradezco que hicieran por mí altruistamente. Gracias.

Durante la entrevista de trabajo de la academia me preguntaron cuál había sido el motivo por el que había cursado esa carrera en concreto y mi respuesta fue clara y tajante: por el amor que siento por la lengua. Adoro leer por placer y lo mismo me pasa cuando se trata de escribir. Se me pasan las horas y los días que ni me entero. Mi mundo se transforma y gracias a la literatura me redescubro cada día como espectadora del mayor de todos los espectáculos: mi propia imaginación. También me preguntaron que cuál sería mi trabajo ideal y le dije que escritora. Creo que la sorprendí por muchas de las respuestas que le di, pero de alguna manera creo que le gustó lo que vio y tengo cierta confianza con la respuesta que recibiré a finales de mes. Tal vez sea mi propia nube de orgullo la que me hace raramente confiada, pero debo confesar que me siento así.

Tengo el currículum hecho. Tengo intención de buscar faena. Tengo una corazonada. Tengo la sensación de que ahora todo es distinto. Tengo que confiar en mí misma después de todo lo que he pasado. Tengo mucho por vivir aún sin olvidar todo lo que va quedando atrás. Tengo todo el verano por delante antes de empezar con nuevas andaduras y, sin embargo, tengo la extraña sensación de que el tiempo se me acaba...

jueves, 26 de junio de 2014

Fin

No es que haya acabado del todo, pero esto ya está casi. Fue ayer que hice la defensa de mi TFG y ya me parece que ha pasado una eternidad. Me ha quedado un descanso... El viernes (mañana) publicarán las notas finales del trabajo, antes del día 6 de julio tengo que entregar dos comentarios de texto y a partir del 7 publicarán las notas de las prácticas en empresa. ¡Y ya está! El TFG está aprobado, que me lo ha dicho mi tutor, y menos mal porque me he pegado una panzada de trabajar que no lo sabe nadie. La asignatura que me falta entregar los comentarios de texto está aprobada ya sin entregarlos pero no es plan. Además, si puedo sacar una buena nota y así subir la media del expediente mejor.Y en cuanto a las prácticas no padezco porque estoy segura que tendré una buena nota, pero ignoro hasta qué punto.

Ahora no puedo evitar pensar en el futuro. Tengo millones de proyectos, como de costumbre, aunque este año me he fijado un objetivo: encontrar trabajo. Si pudiese elegir me encantaría ponerme a trabajar en la editorial en la que estuve haciendo las prácticas. Sé que es complicado porque el mercado laboral está difícil y no tuve demasiado contacto directo con la jefa, que era la que me tenía que meter en el bolsillo, pero espero haber dejado una huella lo suficientemente positiva como para que me tengan en cuenta en el futuro. De hecho, esta empresa para mí es prioritaria y antes de empezar a dejar currículums por ahí tengo pensado pasarme por allí para hablar con la jefa y decirle claramente cuáles son mis intenciones. ¿Quién sabe? Tal vez le digo que me voy a poner a buscar trabajo pero que si ellos me ofrecen allí que me quedo y me dice que vale. Sé que de ilusiones no se vive, pero de esperanza sí y tampoco pierdo nada por intentarlo. Además, así también sabré claramente si tengo alguna posibilidad de que me contraten o no para empezar a labrarme un futuro allí o en otro sitio. En todo caso, si me dice que no le interesa (iré con el currículum en mano) no perderé el tiempo y me pondré a buscar a pie y por internet. También podría intentar hacer alguna clase particular aunque fuera para ganarme unos eurillos a la semana....

También quiero dedicarle un poco de tiempo a mis hijas: quiero darles clases de inglés, quiero enseñar mecanografía a Irene que ahora ya tiene su propio ordenador, quiero ir con ellas a la piscina, quiero ir con ellas al cine, quiero ir con mi familia al pueblo, quiero hacer tantas cosas que sé que al final no haré ni la mitad, sobretodo si tengo un poco de suerte y acabo encontrando trabajo. ¡No puedo pretender empezar en un sitio  nuevo y pedir vacaciones a las dos semanas!

Ojalá las cosas me salgan bien, pero si en todo el verano no encuentro nada creo que en septiembre me apuntaré a la EOI para aprender francés, que lo tengo tan oxidado que tendré que empezar desde el primer curso. Estuve en una feria de trabajo y este idioma estaba bastante demandado, así que si me quedo con las manos vacías siempre me quedará esta opción para intentar abrirme más puertas.

Y así están las cosas. El título de esta entrada es simplemente "fin" porque creo que poco me queda ya que añadir a lo que se refiere a mi aventura universitaria. Ha sido muy muy duro, pero la satisfacción que se siente al final no tiene precio. Espero encontrar lo que busco para sentirme totalmente recompensada por tanto esfuerzo...

martes, 15 de abril de 2014

En Semana Santa tampoco se descansa

"Estos días que tengo de fiesta aprovecharé para avanzar en el TFG", "Cuando empiece la Semana Santa me pondré a tope con la faena de la uni", etc. Siempre pienso lo mismo y, aunque tan solo estamos a martes, tengo la sensación de que se pasarán las vacaciones y de que no haré ni la mitad de lo que tenía en mente. Intento programármelas al más mínimo detalle, anotarme día tras día las tareas que me autoasigno para no perder el tiempo, cosa que odio, pero no sé qué pasa que nunca funciona. Bueno, miento, sí sé qué pasa. Pasa que en casa siempre veo cosas que hacer que no tienen nada que ver con la universidad y pasa que tengo tres hijas que también están de vacaciones; eso pasa.

No sé por qué me cuesta tanto adapatarme a las nuevas situaciones. Antes era más camaleónica, ahora cada vez es más lento. Me queda un mes y medio para hacer el TFG y lo tengo tan verde... Me estoy empezando a asustar. A finales de abril acabo las prácticas y eso me dará total dedicación para esta tarea. ¡Ah, sí! Las prácticas... Bueno, si tuviera que decir algo al respecto sería que me sabe mal que esto se acabe. Por una parte me alegro porque estoy preocupada por el Trabajo de Fin de Grado y es por eso anhelo que se terminen ya, pero por el otro estoy muy a gusto trabajando allí  y me da pena que se acabe. Veo, y ellos admiten, que les hace falta una persona en la editorial, pero parece ser que no pueden hacer frente a un gasto así, por eso es que de momento aprovechan a las dos personas que tienen de prácticas para sacar la faena adelante. Pero yo ya acabo y la otra chica (que aún se quedará un par de meses más) dice que cuando acabe el grado quiere hacer el máster y después el doctorado, que no quiere ponerse a trabajar aún. Los encargados de algunas secciones me han asegurado que si al final se decide contratar a alguien que sin duda me llamarán primero a mí porque ya me conocen y porque están contentos conmigo, pero que no depende de ellos y quién decide aún no se ha pronunciado. Así que a finales de mes se acabó lo que se daba.

Planes para estas vacaciones. Bien, primero querría arreglar una sección del trabajo que ya tenía hecha y comentada por mi tutor para dejarla acabada o prácticamente acabada y quería hacer el contexto histórico. Si logro hacer estas dos cosas me daré por satisfecha. También tengo un pequeño trabajo de la asignatura que estoy cursando este semestre y que debo colgar en el campus virtual antes del martes o del miércoles que viene. Espero que no me dé muchos quebraderos de cabeza... Si además de todo esto consigo adelantar algo más del TFG mejor que mejor. Sin embargo, no puedo evitar entretenerme con muchas otras cosas menos importantes como repasar mi novela por enésima vez (a medida que pasa el tiempo parece que la voy madurando más y más), hacer limpieza a fondo en mi casa (estancia por estancia... es duro), montar un huerto en unas jardineras que tengo en la terraza, hacer el cambio de ropa de los armarios, etc. ¡Sé que es mi perdición, pero no me puedo resistir!

viernes, 19 de julio de 2013

Demasiadas cosas para tan poco tiempo... parece que no aprendo

Me parece que de nuevo el verano se me va a hacer corto. Como ya adelanté en otra entrada tengo muchos proyectos en mente, pero me falta tiempo. Quería enseñarle a mi hija mecanografía, darle clases particulares de inglés a mi marido, empezar a escribir algunas cosas que tengo en mente, empezar el trabajo de final de grado, estudiarme lo de las prácticas en empresa con más ahínco, etc. Alguien me dijo que las vacaciones también son para descansar. ¡Cuánta razón! De todas maneras, parece ser que esa posibilidad estaba ya medio descartada porque si priorizaba lo otro tenía que prescindir del descanso. Sin embargo, hasta ahora he intentado descansar el cuerpo y la mente. La verdad es que cuando acaba el curso siempre me siento exhausta a muchos niveles y realmente necesito ese paréntesis.

Ciertamente he empezado el trabajo de final de grado y he empezado con la parte más dura que es la bibliografía. También es el primer paso para todos, no es que yo sea más chula que nadie y empiece la casa por el tejado... He empezado a leer y cuando tenga más información empezaré a clasificarla y organizarla. El tema es hacer un estado de la cuestión. La pena es que de todos mis proyectos iniciales para el verano este es el único que he empezado, los demás están por hacer. Eladio parecía muy motivado cuando me pidió que le enseñara inglés, pero ahora que ya tengo los libros y que nos podemos poner manos a la obra parece que se está echando atrás. Irene no está cumpliendo con la condición que le pedí para empezar con la mecanografía y yo voy anotando ideas que me vienen a la cabeza aunque no estoy escribiendo nada todavía.

La semana pasada estuve toda la semana trabajando en la guardería haciendo una substitución. Es posible que en agosto tenga que volver. Mi jefa insiste en que no me quiere perder y la verdad es que se lo agradezco mucho. En principio, en septiembre volveré a trabajar en mi horario habitual aunque no está confirmado aún porque depende de la cantidad de niños que haya y de la necesidad que tenga la empresa... Por otro lado, el tema de las prácticas se me está complicando más de lo que esperaba porque quiero conocer otros ámbitos de los que me ofrece la carrera, quiero mantener mi puesto de trabajo y también quiero encontrar la opción más cómoda para mí. Por eso debo estudiármelo con detenimiento. La decisión definitiva se tiene que hacer en octubre, aún tengo tiempo para pensármelo, pero prefiero hacerlo ahora que tengo la mente más "desocupada". Aún así, he empezado con toda la burocracia para incluir la empresa en la que trabajo en el listado de empresas asociadas a la universidad, que nunca se sabe...

La última hora de mi vida personal ha sido una gran decepción. Igual que en su día hablé aquí de personas que de buenas a primeras descubres, aquellas que eran grises, que se confundían con el entorno y que de pronto un día empezaron a brillar y a destacar de la multitud; también he de decir que a veces estas personas hacen lo mismo que las llamas de una vela, que brillan más intensamente justo antes de extinguirse. Las personas en la vida de cualquiera van y vienen. Las que se quedan, aunque sólo sea en el corazón, son las que realmente cuentan y por suerte o por desgracia suelen ser bastante pocas. La vida da muchas vueltas y no parará de sorprenderme, algunas veces gratamente y otras no tanto. Soy una ignorante que se deja embaucar creyendo en la gente y decepcionándose continuamente por culpa de falsas expectativas que sólo existen en mi cabeza. De todas maneras, el tiempo es un gran juez y tarde o temprano pone a cada cual donde le corresponde. También he aprendido a mirar adelante. El rencor solo pudre el alma y ese no va a ser mi caso. Yo no creo en Dios, creo en las personas, por lo que considero que debo predicar con el ejemplo y seguir caminando adelante con paso firme. Este es el camino que he elegido en el cual muchas veces me paro a observar las rosas, sin tocarlas, admirando su belleza e ignorando las espinas.

lunes, 27 de agosto de 2012

¿Perdiendo el tiempo?

Agosto va llegando a su fin. Las vacaciones de Eladio ya se han terminado (que este verano han sido más cortas que los anteriores ya que han sido solo dos semanas en lugar de las tres habituales). Los preparativos para la vuelta al cole se tienen que ir concretando y finiquitando ya porque, en mi caso, la semana que viene tengo que formalizar la matrícula. De hecho, la próxima semana la voy a tener un poco ajetreada entre llevar a mis padres al médico y llevar a cabo mis propios encargos... El caso es que me he propuesto planificarme cuidadosamente los dos próximos cursos aunque no estoy muy segura de si estoy perdiendo el tiempo o no.

El curso pasado dediqué varias horas a planificar tercero, pero fueron horas casi perdidas porque durante el verano han cambiado características de las asignaturas que me han hecho cambiar de opinión. Lo único que saqué a mi favor fue el hecho de familiarizarme con las asignaturas y los nuevos horarios. Ahora ha llegado el momento de tomarme esto en serio y confeccionarme un horario real porque la matrícula está a la vuelta de la esquina. El problema es que la segunda parte de la carrera es diferente porque ya no está tan pautada como la primera y puedo elegir asignaturas que se ofrecen también en cuarto. Por eso ahora estoy dedicando tanto tiempo a esto; dependiendo de las que coja en tercero cuarto variará. Además, tengo el factor añadido de que tengo una asignatura convalidada, la cual cosa me da ventaja y me permite ahorrármela en los próximos dos cursos. La idea es invertir esta ventaja en el último curso para ganar tiempo de cara al trabajo de fin de grado, así que  tengo que ir "a tope" de nuevo el próximo año.

Perderé el contacto con las otras carreras de lengua ya que todas las asignaturas son específicas del grado de inglés. Visto así parece que la cosa se tenga que poner interesante, pero a estas alturas ya conozco a bastantes profesores y me da mucha pereza repetir con según quién... Pero bueno, me veo condicionada en mis decisiones por los horarios, las coincidencias entre unas y otras y el número de créditos que tengo que hacer de cada tipo de asignatura (básica, obligatoria u optativa). 

De momento tengo un borrador hecho. Parece ser que tercero ya lo tengo bastante claro. En cuarto tengo mis dudas, pero teniendo en cuenta que es muy probable que el verano que viene vuelvan a cambiar características de las asignaturas, también es muy probable que yo vuelva a cambiar de opinión. Teniendo claro el número de créditos que tengo que hacer de cada tipo ya tengo mucho ganado. No sé si he estado perdiendo el tiempo con tanta planificación o no, el caso es que con inversiones inútiles de este estilo me siento más tranquila, como si no dejara las cosas para el último momento. He de confesar que me aterra el agobio que produce pensar que me coge el toro por falta de planificación... Tengo la sensación de que empiezo una nueva etapa y que es tan importante o más que la anterior. Creo que vale la pena dedicarle alguna tarde del verano.

jueves, 2 de agosto de 2012

Hacer balance

Decidir si ir o no a la universidad: una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar en mi vida hasta ahora. Llevo un tatuaje en la espalda que me recuerda perennemente los motivos por los que decidí este camino y me reubica cuando flaqueo.

Primer año de la carrera: muy duro, pero muy gratificante porque le puse toda la energía y conseguí adaptarme muy bien y conseguir unas notas fantásticas. El esfuerzo valió la pena y las recompensas llegan.

Segundo año: mucho más duro, si cabe. El nivel académico sube, es más exigente, y a eso se le suman las complicaciones que he tenido en casa. Aun así, valoro mucho la aportación personal y el hecho de descubrir personas que estuvieron ahí desde el primer día, pero que no las veía, no las distinguía de la multitud. Es algo muy grato.

Trabajo: contra todo pronóstico, y viendo el panorama laboral en España, he encontrado trabajo este verano y lo mejor de todo es que muy probablemente continuaré trabajando en septiembre sin entorpecer los estudios (horario reducido, adaptado al mío). No será exactamente lo mismo y tampoco lo que yo misma había vaticinado, pero menos da una piedra.

La vuelta al cole: tal vez sea pronto para hablar de esto, pero creo que, de hecho, nunca terminó porque ya llevo más de un mes preparándola. Soy previsora y es que además tengo que serlo por obligación: tengo que fraccionarme los gastos de cada mes para equilibrar el balance entre gastos e ingresos. En julio fueron los libros, en agosto ha sido el material escolar y en septiembre habrá que revisar la ropa y el uniforme. Todo eso incluye a las tres princesas y a la reina madre, o sea, una servidora.

El nuevo curso: para mis hijas va a representar un cambio significativo el afrontar el nuevo curso. Irene hará el salto de ciclo inicial a ciclo medio de primaria y Sara y Aroha, por su parte, pasarán a P5, que en la escuela a la que van implica separarse de los parvularios más pequeños, empezar a hacer deberes cada día, juntarse con los niñ@s más grandes y empezar a dejar de ser "pequeñas". Para mí también será un cambio importante porque en tercero (y pasando limpia, como es mi caso) tendré exclusivamente asignaturas específicas de mi carrera y además podré empezar a elegir asignaturas optativas. No es que me apasione la oferta que hay en nuestra facultad, pero supongo que algo en claro sacaré de todo esto... El reto se me presenta al combianar todo esto con el trabajo que seguramente tendré al empezar el curso. Para ayudarme mis padres han decidido reformar una habitación de su casa y transformarla en un cuarto de estudio. De esta manera podré encerrarme allí a estudiar con prácticamente las mismas facilidades que en la biblioteca, pero con la ventaja de que aquí no tendré horarios y tendré la tranquilidad de que mis hijas no estarán desatendidas. 

El que no arriesga no gana. Eso lo tengo clarísimo y desde que me independicé que apuesto fuerte. A veces me sale bien y a veces no. La cuestión es intentarlo. Arrepiéntete de lo que has hecho no de lo que no hiciste. Como dice el escudo de mi ciudad natal: Facta non verba. ¡Mira, ya tengo motivo para otro tatuaje! (... que es broma!! ^_^)

domingo, 1 de julio de 2012

¡Hola vacaciones! ¡Adiós vacaciones!

Los exámenes han terminado y lo he aprobado todo. Se dice pronto, pero la verdad es que este segundo semestre ha sido MUY duro. Estoy muy contenta. Las ansiadas vacaciones llegaron, pero sólo durante unos días porque he buscado y encontrado un trabajo en una guardería bilingüe. La historia es muy larga aunque se ha comprimido a lo largo de un mes, pero la resolución es que mañana empiezo.

La historia es que me decidí a llevar el currículum a aquella guardería de la que ya había hablado en alguna otra entrada. Pude hablar con la directora directamente y, por lo visto, le causé tan buena impresión que me quiso hacer la entrevista ipso-facto. Me aseguró que estaba la primera de la lista porque buscaba gente como yo, la lástima es que solo quisiera trabajar en verano... No me quise buscar otra cosa porque la verdad es que tenía una corazonada con esto, pero por H o por B la señora directora no me llamaba y me daba qué pensar (y no muy bien, por cierto...), así que otro día me pasé personalmente por allí. La mujer se puso muy contenta al verme. Me dijo que me llamaría a lo largo de la semana. El caso es que no lo había hecho aun porque parecía que no se apuntaban niños durante el verano, pero justamente aquella semana la gente empezó a aparecer por allí en masa. La mujer tenía miedo de no cubrir con unos mínimos y tener que tener cerrado durante los meses de verano o tener que echar mano del Plan B en caso de emergencia... Pero viendo que finalmente todo iría bajo lo previsto quería llamarme. Me dijo que no había entrevistado a nadie más, que le causé muy buena impresión desde el primer momento y que no le importaban mucho los añadidos que puse en el currículum (titulaciones y todo eso) porque a ella lo que realmente le importa es ver cómo reaccionan los niños conmigo y viceversa. Por lo tanto, me dijo que la semana después de los exámenes (la última de junio) fuese un ratito cada día para ver cómo trabajan y, en cierta manera, ponerme a prueba. Me dijo también que contara que casi que sí que me contrataría pero que quería ver qué tal me iba esa "semana de prueba" antes de decidirse definitivamente.


Contra todo pronóstico, durante la semana siguiente recibí una llamada de la directora de la guardería que me dejó bastante trastocada. Por lo visto la semana anterior tuvo dos bajas repentinas entre el personal docente: una se la esperaba (incluso podía asumirla) porque ya estaba enferma y veía venir que tendría que retirarse por un tiempo pero la otra le vino de la noche a la mañana. Se vio desesperada porque necesitaba a alguien con urgencia para estar pendiente de los más pequeñines de la guardería. Con los mayores haces de más y de menos, pero con los preescolares no y las caras nuevas los alteran, pero en este caso no quedaba alternativa. Una de las trabajadoras tenía una amiga que estaba haciendo una sustitución en una guardería y hacía poco que se le había acabado el contrato. La jefa le dijo que si en media hora podía estar allí que le dijera que viniera. Así que sin comerlo ni beberlo esta chica se quedó con la plaza que me ofrecía a mí en un principio. Si tan solo la otra hubiera cogido la baja al finalizar esa semana el lunes mismo yo le hubiera cogido el relevo, pero las cosas se sucedieron así. De todas maneras, la mujer no paraba de disculparse porque se sentía mal. De alguna manera creía que había traicionado mi confianza y además tenía miedo de haberse tirado a la piscina sin agua ya que realmente no conocía a esta chica y no tenía ni idea de cómo era. De hecho, me dijo que lo de la semana de prueba era un pretexto porque me iba a contratar igualmente ya que le causé muy buena impresión y que precisamente estaba buscando a gente como yo: que le transmita buenas vibraciones. Aun así ella seguía con la idea de contratarme, aunque ya no podía ofrecerme las ventajas que me propuso en un principio. Me contrataría como monitora de refuerzo y solo a media jornada (por la mañana). Claro, el sueldo tampoco sería el mismo, por supuesto. Incluso me dijo que quizás no me salía a cuenta porque me tengo que desplazar casi 30 kilómetros cada día y todo eso. Entonces le dije que yo estaba realmente interesada en trabajar allí, que no me había mirado nada más esperando a su respuesta. Así que, resumiendo, el trabajo de verano es mío aunque no cómo habíamos planeado en un principio. Quedaba pendiente hablar con su gestor para formalizar la situación de la chica nueva y proponerle mi próxima incorporación, de esta manera podríamos hablar con datos más concretos.


Por otro lado, viendo mi interés por trabajar allí, me ofreció otra cosa que me pareció genial, ya que me propuso otro tipo de trabajo a partir de septiembre. La cuestión era que cuando tuviera los horarios del año que viene nos sentáramos un día a hablar y así contrastarlos de manera que encontráramos algunas horas que nos fuesen bien a las dos. De esta manera iría unas horas a la semana para hacer alguna actividad muy concreta (como hace la profesora que tienen de música, pero en mi caso podría ser una actividad de plástica, por ejemplo), cobraría lo suficiente para cubrir los gastos de transporte y, aunque no me haré rica ni mucho menos, lo importante es que no perderé el contacto con la guardería durante el curso escolar. Con este método, el día que me quiera dedicar plenamente a trabajar ya estaré dentro.

Otra cosa que me dijo que me dejó un poco fuera de lugar fue una pequeña confesión: me dijo que a corto/medio plazo quería retirarse de las aulas. Resulta que el método de enseñanza que imparte su centro es pionero y está teniendo mucha aceptación tanto a nivel nacional como internacional (ya les han dado varios premios), así que quiere dejar un poco de lado las aulas y dedicarse más a congresos, conferencias y un libro que está escribiendo. Por eso ha tomado la determinación de adaptar el equipo docente del centro (academia de inglés y guardería) y conseguir que sea joven y consolidado para quedarse con la tranquilidad de que las cosas van a continuar funcionando igual de bien aunque ella no esté. Con este comentario me ha dado a entender que cuenta conmigo. Igual imagino demasiado y simplemente era un comentario más, pero tengo muy buenas sensaciones con todo esto y creo que el sentimiento es mutuo.

Aunque las cosas pintaban bien, a la hora de la verdad se complicaron porque el día que quedamos para hablar de los detalles no se presentó y me quedé esperando varios días su llamada. Malpensé. Me desanimé. Así que me armé de valor para presentarme de nuevo allí y pedir explicaciones. Necesitaba algo más que palabrería para creer que era verdad lo que me decía. "La semana de prueba" se había perdido, había quedado atrás y era una situación de incertidumbre que me hacía sentir insegura. Había una excusa sólida para sus desplantes (fuerzas mayores), pero la ansiada conversación finalmente tuvo lugar. Sí, las condiciones habían empeorado, todo se había dividido a la mitad o menos; incluso el trabajo de verano se vio reducido a sólo el mes de julio, ya que en agosto estará cerrado. Pero aún así lo he aceptado. Sí, lo he aceptado y empiezo mañana. A pesar de los desplantes quiero darle un voto de confianza. Aquel sitio me hace sentir bien y trabajando un mes allí lo podré tantear desde dentro. Ya no se trata sólo del dinero. Estar allí me ayudará a adquirir experiencia con los niños y también a ganar fluidez con el inglés y aprender más léxico. Tal vez me esté equivocando con todo esto, pero tengo una corazonada y espero no errar. En tal caso así es como se aprende en la vida: cayendo y volviendo a levantarse. La continuidad en septiembre dependerá de cómo vaya este mes...

martes, 3 de enero de 2012

Navidades asfixiadas

Si el año pasado tenía la sensación de que había dejado de lado mi vida social para dedicarme plenamente a los estudios este año simplemente me he aislado del mundo para poder con ellos. Las Navidades son para pasarlas en familia y la verdad es que siempre me ilusiono mucho con estas fechas porque tengo mucha ilusión por ver a la gente que quiero feliz con alguna cosa que yo le pueda aportar, pero este año está siendo especialmente difícil: la crisis económica y el poco tiempo.

Ese examen que suspendí al final quedó aprobado por los pelos (gentileza de la profesora) con la condición de seguir esforzándome para el siguiente parcial. Se lo agradezco de corazón y desde luego que me esforzaré, cada día lo hago e intento dar lo mejor de mí. A veces incluso me da la sensación de que estoy llegando a mi límite y que ya no me queda nada más por ofrecer. Aún así continuo adelante.

Lo confieso: hoy estoy pesimista. Supongo que es porque estoy hasta el cuello de faena y mi vida personal tampoco está acompañando demasiado. Primero fue el infarto cerebral de mi padre (del cual se va recuperando poco a poco y ya no es tan dependiente de mí) y ahora la operación de una de mis hijas. Desde hace varios meses que sabemos que la tienen que operar, pero hasta ayer no nos dijeron el día. ¡Y es que tampoco sabemos la hora! De momento tiene visita con el médico la semana que viene y a la otra la operan. Aún tienen que darnos los detalles. La gran casualidad es que ese mismo día tengo un examen y me da en la nariz que no voy a poder ir. ¡Eso sí que no! Mi hija pasa por delante de todas esas cosas. Le he enviado un correo al profesor explicándole lo que hay, así que si quiere hacer una excepción conmigo que la haga y sino iré a la recuperación. No es una operación complicada ni mucho menos, tampoco tendrán que ingresarla, pero eso no quita que sea una operación y que la niña tenga 4 añitos. Seguramente querrá a su mamá allí para cuando se despierte de la anestesia y es que la mamá también quiere estar al pie del cañón.

I'm rushing! Tengo tantas cosas que hacer y se me pasan los días que ni me entero. Vivo más horas en la biblioteca que en mi casa. Mi marido me dice que tiene una semana de vacaciones y yo solo veo la oportunidad de irme a estudiar sin preocuparme por una canguro. ¡Muy mal! Desde luego, estas épocas de entrega de trabajos y exámenes son una mierda, son estresantes hasta el límite. Bologna quería eliminar esto del "examen final" pero paradójicamente existe una semana de exámenes en el calendario escolar de la universidad.

En fin, que iremos haciendo sobre la marcha. Me fastidia mucho perder las últimas clases previas a los exámenes, pero lo que sí que tengo claro es lo que pasa por encima de todo esto: mi familia.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Estamos de vuelta

Al final pudimos gozar de unas minivacaciones, pudimos ir al pueblo de mis amores y mi familia pudo descubrir sus encantos in situ. Solo fueron cuatro días, tal vez insuficientes, pero por lo menos me pude quitar el gusanillo que tenia por llevar once años sin ir.

Eladio todavia con el dedo inmovilizado, pero trabajando desde el lunes. En principio mañana se lo quitan y volverá a ser tan autónomo como de costumbre.

La vuelta al cole esta a la vuelta de la esquina, tanto para las niñas como para mi. Ya lo tenemos todo, solo falta organizarlo porque entre intentar pintar y que hemos cambiado algunos muebles de sitio tengo la casa que parece un campo de batalla. Tenemos los libros y en breve me pondré a ordenar las cosas de la mochila. Creo que ellas también echan de menos esa rutina y a sus compañeros de clase. Espero que este nuevo curso sea como mínimo tan bueno como el que ya dejamos atrás.

Estoy contenta de que se acabe el calor del verano (que no me gusta nada) y la verdad es que se agradece el volver a la rutina. Se que después me quejare de que voy hasta el cuello pero es la naturaleza humana: que nunca se esta conforme.

martes, 2 de agosto de 2011

Vacaciones de pacotilla

Con las ganas que teníamos de empezar las vacaciones de Eladio... Con la cantidad de cosas que teníamos pensadas hacer... ¡Incluso me había dibujado un calendario para distribuir las tareas y que nos diese tiempo de hacerlo todo! Desde luego, no se puede planear nada... 

Su último día de trabajo antes del ansiado descansito veraniego era el viernes, pero se ha visto forzado a adelantarlo involuntariamente a causa de un corte. Sí, sí. Se ha cortado con el cuchillo jamonero. Y no es por hacer un juego de palabras pero es que realmente estaba cortando jamón cuando se le ha escapado el cuchillo y se lo ha ensartado en el nudillo de la mano izquierda. ¡Mierda! Corriendo a poner la mano bajo el chorro del grifo para limpiar y ver la gravedad de la lesión. Se ha esperado lo peor. Enseguida le he obligado a sacar la mano de debajo del grifo para ponerle una gasa y que se apretara para intentar cortar la hemorragia. Le he obligado a sentarse en el sofá. Con las clases que había hecho en el cursillo de Cruz Roja de monitor de comedor y había una introducción a los primero auxilios no se me ocurría nada más. Era menester ir a urgencias y que le viera un médico. En un momento dado estábamos preparando la comida y al siguiente corriendo para organizar una salida de emergencia. ¡Es que las niñas estaban comiendo y el tenía el primer plato puesto en la mesa! 

Corriendo a llamar a los compañeros del trabajo para decirles que se espabilaran sin él, que no iba a subir, que tenía que llevarlo a urgencias. Yo con un aspecto terrible de haber estado sudando y pintando toda la mañana con las prisas para cambiarme la ropa y punto. Las niñas han tenido que dejar el plato como lo tenían. Hemos cogido los bártulos y nos hemos ido. En el ambulatorio no le han solucionado nada. Deja a las niñas en casa de mis suegros y vamos al hospital. Allí nos han tenido un buen rato esperando hasta que finalmente le han hecho pasar a una consulta sin mí y me han tenido otro tanto a la espera. Harta de no saber nada me he paseado por el pasillo a ver si veía algo por la rendija de la puerta, como el que no quiere la cosa y, la verdad es que ni rendija ni nada: estaba la puerta de par en par y pude ver claramente que le estaban cosiendo.

Resultado: tendón del dedo índice izquierdo seccionado al 75% a la altura de los nudillos. Cosido y preparado para su limpiado semanal por parte de la enfermera del médico de cabecera y a ser visto por el traumatólogo. Tres semanas de baja como mínimo. Vacaciones estropeadas, pero hasta qué punto aún no lo sabemos.

lunes, 25 de julio de 2011

¿POR-QUÉ?

No pienso ponerme a filosofar, ni tampoco aspiro a llegar al nivel de cierto entrenador de la liga de fútbol española. El título de esta entrada simplemente hace referencia a lo rápido que se me escapan los días casi sin poder arañarlos para que aminoren un poco el ritmo. La verdad es que cuando vienen unos días de fiesta siempre intento mantenerme ocupada o, dicho de otra manera, aprovechar el tiempo tanto como sea posible; pero no puedo controlarlo todo. Parece que en verano esta sensación crece ante dos meses de fiesta pero en mi caso solo es un espejismo porque ya llegamos a agosto y aún tengo la casa por barrer.

Quiero remodelar mi habitación y la entrada, también pintarla junto con el pasillo y, por supuesto, recoger y poner orden en casa; pero parece ser que se me resiste porque si estoy haciendo "reformas" es imposible mantener orden ¿no crees? Las niñas también hacen natación y me rompen las mañanas cada día. Aisss... A ver si por lo menos puedo pintar antes de que Eladio empiece las vacaciones. Solo tengo dos semanas de margen y aún tenemos que elegir los colores... no sé, no sé...

jueves, 7 de julio de 2011

C'est finit!

Tan fácil como eso: ¡se acabó! Pero solo por ahora. Finalizadas las clases, con las vacaciones de verano por delante, todo se ve diferente. Mis prioridades han cambiado de manera temporal y ahora estoy centrada en organizar el caos que hay en casa, abrirme paso entre los objetos que se han ido acumulando por la falta de tiempo y colocar cada cosa en su sitio para encontrarla fácilmente cuando se la tenga que buscar.

Las notas fueron muy bien, de hecho, ¡fueron estupendas!. Al finalizar el curso tengo tres sobresalientes, cuatro notables y un aprobado. Uno de esos sobresalientes tiene posibilidades de acabar en matrícula, pero si no me han dicho nada ya dudo que la cosa cambie a estas alturas... Por otro lado, también pedí una beca de colaboración para las matriculaciones de primero del año que viene y no me la han concedido. Estoy en la lista de espera. La cuestión es que habría pasado por delante de otros por puntos (eso va según el currículum y las notas), pero como no estaban aún las actas firmadas cuando se cerró la convocatoria no tenía los créditos mínimos para que aceptaran mi solicitud. Así que estoy en la lista de espera y si falla alguien me llamarán. A ver si tengo suerte y me gano un dinerillo extra... Había pensado en ponerme a trabajar en algún super este verano, pero Eladio me ha dicho que no, que me merezco las vacaciones y que las disfrute y las aproveche para hacer de mami y de esposa. Así que posibilidad descartada. Por eso, el único ingreso extra que podría tener está centrado en esa beca. Crucemos los dedos...

Otra cosa buena que me llevo de este curso son las compañeras. Sí, he conectado sobretodo con un par o tres con las que me siento muy agusto. Son trabajadoras y tienen las ideas claras, supongo que por eso nos entendemos tanto. Me he sentido bien ayudándolas y trabajando conjuntamente con ellas. Espero que puedan finalizar el curso con un balance tan positivo como el mío y que en septiembre vengamos todas con energías renovadas. Porque, no nos engañemos, no nos veremos hasta septiembre seguramente: cada una tiene sus cosas y nuestras vidas son muy diferentes, al menos la mía frente a las suyas.

En cuanto a las vacaciones... no pintan demasiado bien, la verdad. Eladio no tiene claro cómo está realmente el tema del trabajo (no sabe si le darán vacaciones permanentes o si simplemente no hará), por lo tanto, tampoco tiene claro los días que tendrá; los gastos se están reproduciendo y los ingresos no dan para más; y yo que estoy ilusionadísima con ir al pueblo y que las niñas vivan un poco el ambiente que tanto añoro. Ya no basta con convencer a Eladio, ahora es que las cosas se están torciendo y no sé que pasará al final. Por poco que podamos insistiré, ni que sean cuatro o cinco días, me gustaría ir. Ya veremos como acaba todo...

lunes, 30 de agosto de 2010

¡Ahora todo de golpe!

Eladio empezaba hoy a trabajar, las niñas empiezan el martes que viene las clases, yo también empiezo el periplo el martes, ... ¡¡Uffff!! Parecía que septiembre quedaba muy lejos y ya lo tenemos aquí. Aunque esta semana podemos decir aún que estamos de vacaciones tengo mucho que hacer. Lo de las niñas lo tengo todo más o menos y tengo que acabarlo de arreglar. Tal vez me ponga a hacerlo y sea cuestión de dedicarle un rato, pero ahora mismo tengo la sensación de que es un faenón de la leche...

En cuanto a mi vuelta al cole estoy muy verde. Nunca antes he ido a la universidad. No tengo nada preparado. Solo tengo la carpeta y la agenda que me compré al hacer la matrícula y un estuche con todo lo que creo que voy a necesitar. El martes, miércoles y jueves de la semana que viene iré a unas jornadas especiales que hacen para la gente que empieza en el primer curso. No es obligatorio ir, pero creo que es conveniente, sobretodo si vas tan pez como yo... Las clases empiezan el 13, la semana siguiente.

En fin, que estoy un poco atacada porque aparte de lo que conyeva consigo la vuelta a la rutina después de dos meses y pico de vacaciones, que además hay que sumarle la organización a medias con Amanda de una despedida y la preparación de las niñas para una boda en la que ellas también serán protagonistas... Sí, estoy un poco nerviosa, lo confieso.

Por otro lado, mañana hará una semana que me hice el tatu y, de momento, sigue siendo un secreto entre mi prima, mi marido y yo. Las curas han ido bien. Eladio ha cambiado por completo su actitud respecto al tema y ha pasado de mirarlo desde una perspectiva un poco lejana a mirarlo con cierto punto de admiración. Imagino que, en parte por la relación que tiene con la cultura japonesa. No solo por el simbolismo del dibujo, sino porque en Japón el tema del tatuado es también una tradición samurai (si no me equivoco). La verdad es que no estoy muy puesta en el tema, pero me gusta más cómo trata el tema ahora mi querido marido a como  lo hacía antes. A modo de información por la gente que pueda estar interesada tengo que decir que no me han salido costras, pero que a partir del cuarto día de curas se me empezó a pelar. No se pela como cuando te quemas al sol y se te cae la piel a tiras, sino como cuando frotas con con fuerza la llema del dedo contra la piel y de repente aparecen restos de pieles muertas. Solo que estas llevan colores. Y no sé si son paranoias mías o el tatuaje está perdiendo un poquito de color... Llamé a la tatuadora para comentárselo y me dijo que era normal, que no tirara de las pieles. Dentro de dos semanas que tengo que volver para que me lo vea le comentaré lo del color... De momento seguir hidratando tantas veces al día como pueda con Nivea y protegerlo del sol. Nada de playa o piscina.

¿En algún punto del blog comenté que iba a escribir un libro? Pues esa idea amorfa está empezando a tomar forma. Con la trama familiar que está viviendo mi familia política y un poco de mi propia imaginación tengo argumento para un best seller, fijo. He empezado a escribir, pero esto va para largo. Además me considero bastante inculta y en el punto en el que me encuentro en este momento de mi vida no me veo capaz de hacerlo posible. Pero teniendo en cuenta que voy a empezar una filología creo que durante los próximos años adquiriré una base literaria lo suficientemente buena como para proponérmelo en serio, modificar lo que tenga e intentarlo de verdad. Conozco mis limitaciones y me lo estoy tomando con mucha calma, casi como un hobby que voy haciendo a ratos libres.

miércoles, 25 de agosto de 2010

¡Pues ya está!

"Ya está" hace referencia a un poco de todo. Ya se acaban las vacaciones de Eladio, ya tengo todos los libros comprados y ya tengo el tattoo hecho. El día D fue ayer por la tarde. No tenía crema anestésica, mi prima vino con Eladio y conmigo y sorprendentemente no estaba nerviosa. No me puse como un flan una vez allí ni nada. Eso, considero, que es buena señal porque supongo que quiere decir que iba convencida de lo que hacía. Me hizo una estampación de prueba para determinar el sitio donde iba a tatuar, me tumbé en la camilla boca abajo y empezó. Iba preparada para soportar un gran dolor, pero la verdad es que no fue tanto. Aquello duró una hora y pico (¿tal vez y veinte minutos?) y sin darme tiempo a mentalizarme ya me estaba mirando al espejo boquiabierta y haciéndome a la idea de que me había automarcado para toda la vida. Los símbolos son totalmente míos (mi propio nombre en japonés y un símbolo japonés de la época de mi nacimiento) y el significado que tiene este tatuaje me recordará en los momentos duros del curso que me espera que no debo decaer para conseguir arrancar esa espinita que se me clavó en el corazón, en quanto a estudios se refiere, en el momento en que la muerte se llevó a una de las personas más importantes de mi vida. Mi único hermano, Julio.

En fin, que lo prometido es deuda. Aquí dejo una foto del resultado. Hay que tener en cuenta que aún está un poco rojo, pero esta es mi piel morena y esta es la obra de arte de una gran tatuadora.


Espero que el resultado os guste tanto como a mi.

jueves, 12 de agosto de 2010

¡Proyecto TATTOO en marcha!

Pues la cosa empezó como una tontería, como un símbolo que me representara, y parece ser que la locura más descabellada que se me ocurrió va a materializarse. Concretamente en mi omoplato izquierdo la última semana de agosto. Conociéndome como me conozco puedo decir que es una locura total, pero ya he pedido hora, Eladio me apoya (o al menos eso parece) y parece que ya está en marcha. Aún tengo tiempo de echarme atrás, así que no daré nada por sentado hasta que no sea así. Aunque habiendo dado un déposito... no estamos para perder dinero, así que parece bastante inminente.

Como viene siendo costumbre, el apoyo de Eladio lo és todo para mí en el momento de tomar cualquier decisión importante. La otra noche estuve hablando con él del motivo del tatuaje, por qué ese dibujo y por qué ahora. Ya lo he comentado en otras entradas: para mí este és un momento muy importante, el hecho de ir a la universidad me hace sentir como si retomara mi vida en el momento en que se rompió cuando mi hermano murió en aquel accidente. Yo estaba acabando segundo de bachillerato y faltaba un mes escaso para las pruebas de selectividad. En aquel entonces no tenía muy claro si iba a hacerla, pero viendo el rumbo que estaban tomando las cosas seguramente lo habría intentado para acceder a trabajo social, periodismo o psicología. Mi situación se vio sesgada por la mudanza obligatoria en la que me vi y desde entonces nunca más levanté cabeza en cuanto a estudios se refiere. Hasta que Amanda y Eladio me animaron a hacer la prueba de acceso para hacer un grado superior. A partir de aquí me he visto haciendo cosas que valen la pena, no estudiar por estudiar. El hecho de ir a la universidad me hace sentir plena, como si este lapso de 11 años hubiesen pasado en un suspiro y volviera a ser aquella chiquilla recien salida del instituto que va a empezar una nueva etapa. Con la gran diferencia de la experiencia, la responsabilidad con la que accedo, mis cargas familiares, las preocupaciones de ser mamá y esposa y otras muchas cosas (buenas y malas) que me aporta la edad. En definitiva, este tatu y el hecho de que me lo haga justamente este verano significa para mí mucho más de lo que realmente és. Eladio lo valora positivamente y está dispuesto a recortar algunos gastos para darme el capricho. ¿No és un amor?

Por otro lado, las vacaciones de verano están siendo muy buenas. Me encanta tener a Eladio conmigo. Me encanta hacer limpieza general (sobretodo después de un año de estudiar y dejar la casa de lado casi por completo...), ir de compras, pasear, charlar, comer todos juntos sin prisas,... tantos detalles que pasan inadvertidos pero que se añoran tanto. Yo la verdad es que los valoro un montón y disfruto con estas cosas cuando tenemos tiempo. El hecho de ver a mi madre disfrutar como una niña solo porque viene a pasar el día con nosotros y gracias a una simple silla de ruedas puede mirar y remirar, comprar, pasear, y mucho más sin cansarse hasta la extenuación como le pasaba últimamente. ¡Están siendo unas vacaciones geniales!