jueves, 24 de noviembre de 2011

¿Hoy? ¡Frustrada!

No ha sido fácil llegar hasta aquí. Ha habido mucha gente que nunca me lo dijo pero que estoy segura de que cuando me ven piensan que tengo el Síndrome de Peter Pan o algo por el estilo. Soy consciente de que en un momento dado decidí hacer lo que quería hacer y no lo que debería estar haciendo. Llevo una carga invisible sobre mis hombros que nadie ve pero que es muy pesada. Sin embargo aquí estoy y tiro adelante con todo. Lo haré mejor o peor, pero creo que tengo la suficiente determinación como para saber ver mi situación real. Para no ver fantasmas que dibujen niebla en mi camino. No. No soy una niña. Mis años de universidad ya pasaron, lo sé, pero las circunstancias de la vida me los arrebataron y no ha sido hasta ahora que he podido retomarlos. Por ese motivo ¿es tarde para mí? No lo creo. Soy madre, soy esposa, soy mujer,... y también estudiante. ¡Con todo lo que ello conlleva!

He suspendido un examen. Estoy profundamente frustrada. Salí contenta aquel día. Estaba convencida de que pronto podría aparcar en una carpeta todo ese temario que tanto me costó estudiar. Pero no va a ser así. ¡Estaba tan convencida de que todo iba a ir bien! Casi lo daba por hecho... Ha sido un duro golpe entre las orejas que aún me tiene aturdida. "Sólo es un examen", sí, lo sé, pero esa carga invisible que llevo a cuestas me oprime en cuanto flaqueo. No hay nadie que se pueda hacer una pequeña idea del sacrificio que estamos haciendo (y me refiero a los diferentes niveles a los que me puedo referir y sobretodo a todos los que me apoyan y me ayudan, incluyendo a mi marido y a mis hijas principalmente pero también a otros familiares y amigos) para que yo me saque la carrera. Quiero dar lo mejor de mí. No quiero defraudarles ni tampoco dar la razón a todos aquellos que no dan un duro por mí. Cada día me lo recuerdo y mi marido también. ¿Presión? No. Simplemente me recuerda que no estoy sola en esto y que cuando el año pasado celebraba mis éxitos, todos lo celebrábamos y, por lo tanto, si hay que llorar un fracaso lo vamos a llorar todos. Y yo no quiero llorar, pero sobretodo no quiero que lloren ellos y mucho menos por mí.

Suspender ha sido duro, pero debo reponerme. Aunque no he ido a la universidad a hacer amigos la vida me los ha ido poniendo en el camino y es muy grato darte cuenta de que están ahí. Ves a las personas que, tal vez se mantienen al margen el día a día, pero que cuando hace falta se acercan sin miedo y saben qué es lo que tienen que decir para reconfortarte. ¡Gracias! Lo digo de corazón. No me siento como una veinteañera cuando estoy con ellos, pero la verdad es que por suerte o por desgracia no tengo este tipo de prejuicios y me basta con sentirme a gusto. A veces pienso que esa carga invisible no lo es tanto cuando existen personas que saben realmente lo que deben decirme para reconfortarme. Sé que tal vez soy egoísta compadeciéndome de mí misma, pero el hecho de hacerlo no me incluye solo a mí sino que también a todo ese colectivo que está detrás mío dándome apoyo y ánimos para continuar adelante.

Espero que la próxima entrada sea más positiva. El lunes que viene es la revisión del examen. Iré. Nunca se sabe...

jueves, 17 de noviembre de 2011

Cojeando

Ya llevamos dos meses de curso y tengo la sensación de que no acabo de encontrar la rutina adecuada para seguir el curso. El año pasado lo tenía bien quedándome después de las clases en la biblioteca, pero este año es diferente porque comparto coche con mi prima y no me puedo quedar. ¿Qué pasa? Pues que me voy a casa y allí, inevitablemente, pierdo el tiempo. Me ahorro un dinerillo en combustible, pero pierdo tiempo. No entiendo muy bien por qué, pero es así y lo sé. Además las niñas este año salen media hora antes de la escuela y no acabo de cuadrar horarios. Todo esto está provocando que poco a poco me vaya adentrando en una fase de nerviosismo y ansiedad porque, sin darme cuenta, ya ha pasado la primera mitad de este cuatrimestre y tengo la sensación de que todavía no he hecho nada de provecho.

Por otro lado, y sin descanso, se acerca la Navidad. Papá Noël está como loco comprando los regalos de mis hijas e intentando no cargar los gastos en un solo mes. El hecho de que se acerquen días festivos me alegra por lo que significan (a mí me gusta estar con la familia), pero el deber me llama y creo que más de un día tendré que dejar un poco a la familia "de lado" para dedicarme completamente a los estudios. Es una lástima, pero es que es así. La universidad es una prioridad y la fiesta un placer. 

La verdad es que creo que hasta que no tenga las cosas un poco atadas voy a estar así, como estresada. Y no me refiero solo a los estudios también las compras navideñas y mi padre. Sí, mi padre. El mes pasado le dio un derrame cerebral y estuvo ingresado en el hospital una semana y media. Está bien. La cosa no ha sido grave pero una lesión cerebral es muy costosa de solventar. No puede moverse de casa y cada día le va una fisioterapeuta a hacerle una hora de recuperación a domicilio. Él sigue un poco con sus rutinas, sus quehaceres y no es que repose mucho, pero claro, el cuerpo se cansa enseguida y tiene que sentarse a descansar con frecuencia. La recuperación va a ser lenta, pero es muy probable que quede recuperado prácticamente del todo. Visto lo visto parece ser que ya le ha llegado la jubilación. A la fuerza, eso sí, pero viéndole las orejas al lobo como se las ha visto parece ser que se toma la vida con más filosofía y sobretodo con más paciencia. En parte, me alegro por ello. Pero claro, ahora mis padres dependen bastante de mí porque no se pueden mover de casa y alguien tiene que hacer la compra o ir al banco para sacar el dinero que necesiten. Y así estamos. He aquí otro motivo que me descentra de mis cosas. No les culpo ni mucho menos, pero son cosas que se van sumando. Desde luego, haré todo lo que tenga que hacer. Ellos ya lo saben porque se lo he dicho mil veces. Son mis padres y yo su hija. Es más, por desgracia solo me tienen a mí y si no estoy yo por ellos ¿quién lo va estar? Lo hago porque quiero y con gusto, pero una cosa no quita a la otra.

Pues así estamos: un poco con el agua hasta el cuello aunque respirando aun. No me voy a extender demasiado más porque en cierta manera aquí también estoy perdiendo el tiempo, pero la verdad es que hacía días que quería entrar en mi blog, actualizar la información y también ver qué tal van los blogs que estoy siguiendo. ¡Un beso a mis lectores!

jueves, 29 de septiembre de 2011

Un nuevo curso

Dejando atrás el luto por nuestra querida Blue no nos queda otra alternativa que seguir adelante con la vida y la rutina. 

Finalmente empezamos el curso todas y se podría decir que con buen pie. Al menos de momento, lo llevamos bien. Tanto mi hija mayor como yo hacemos segundo, ¿curioso verdad?, aunque a niveles muy distintos. Mis niñas sin problemas de adaptación y yo intentando aprovechar los ratitos sueltos para amortizarlos al máximo. Nos han cambiado el horario escolar de las peques y me hacen ir de boli. El ratito de biblioteca que tan bien me iba el año pasado lo he perdido. 

La verdad es que las cosas han cambiado porque me ahorro un dinerillo en gasoil. Resulta que este año me turno el coche con mi prima que ha empezado en historia del arte. Hacemos los mismos horarios y nos lo podemos combinar bien. De momento soy capaz de ver que me va a tocar trabajar mucho. En todas las asignaturas nos piden bastante y con lo exigente que soy... Pero creo que si empiezo a organizarme la agenda desde ya seré capaz de lidiar con todo. Al menos eso espero...

De momento tengo un montón de lecturas, trabajos con un alto porcentaje de valoración en la nota final, libros de ejercicios y muchos apuntes que intento pasar al ordenador para tenerlos aún más organizados y en limpio. Trabajo a punta pala que intento que no se me retrase. Ya se verá...

domingo, 11 de septiembre de 2011

Por ella

Ya han pasado dos días. Ha sido una semana muy intensa, pero realmente triste. Se nos fue nuestra querida Blue. Sé que en el blog no he hablado nunca explícitamente de ella, pero era alguien importantísimo en nuestras vidas. ¿Quién venía a recibirnos a la puerta fuese la hora que fuese? ¿Quién se preocupaba de saber dónde habíamos estado y con quién antes incluso de colgar el bolso? ¿Quién estaba siempre de buen humor por muy malas vibraciones que emitiéramos? ¿Quién intentaba despegarnos de la pantalla del televisor cuando veía que ya llevábamos un rato? ¿Quién se ha pasado las horas jugando con las niñas a correr arriba y abajo por el pasillo? ¿Quién les ha aguantado de todo sin ni tan siquiera gruñirles o quejarse? ¿Quién ha sido la compañera de viaje para Irene antes de que llegaran sus hermanas? ¿Quién ha sido la más tozuda cuando íbamos a pasear? ¿Quién se ha comportado siempre como un gato a pesar de ser un perro? ¿Quién.....? Siempre ha sido ella: Blue. Y ahora que no está ¿quién va a hacer todas esas cosas? Porque, aunque no sean cruciales en la vida de una persona, ya las estamos echando de menos. 

Se me escapa el alma por la boca cada vez que la abro para decir algo de ella y me doy cuenta enseguida de que la tengo que cerrar porque no haría otra cosa que meter la pata. Soy consciente de que no soy la única que llora su pérdida y que tengo que cuidar mis palabras para no herir a los demás. Todos lo estamos pasando mal. De todas maneras, parece que aún está aquí pero que no la podemos ver. Aroha cree que está jugando al escondite con nosotros porque no la vemos, pero la sentimos. Sara se ha puesto a llorar hoy cuando casualmente hemos pasado cerca del veterinario y me ha preguntado que cuándo la íbamos a ir a recoger. ¡Qué lástima de mi niña! La última vez que la vieron ellas se despedían en la clínica veterinaria sin sospechar que era su última despedida. Ese es el último recuerdo que guardarán de ella. A penas la vieron sufrir y así lo prefiero.

La clave es el tiempo. Supongo que tendremos que dejarle pasar para que nos cure las heridas de su pérdida y hacernos a la idea de que Blue ya no está, pero que allí donde esté seguirá siendo nuestra perra y que velará por nosotros, seguirá haciendo de alguna manera todas esas cosas que hacía en vida, pero esta vez sin sufrir, sin dolor e invadida por el bienestar y la felicidad. Estés donde estés, Blue, sé feliz y que sepas que siempre te echaremos de menos.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Estamos de vuelta

Al final pudimos gozar de unas minivacaciones, pudimos ir al pueblo de mis amores y mi familia pudo descubrir sus encantos in situ. Solo fueron cuatro días, tal vez insuficientes, pero por lo menos me pude quitar el gusanillo que tenia por llevar once años sin ir.

Eladio todavia con el dedo inmovilizado, pero trabajando desde el lunes. En principio mañana se lo quitan y volverá a ser tan autónomo como de costumbre.

La vuelta al cole esta a la vuelta de la esquina, tanto para las niñas como para mi. Ya lo tenemos todo, solo falta organizarlo porque entre intentar pintar y que hemos cambiado algunos muebles de sitio tengo la casa que parece un campo de batalla. Tenemos los libros y en breve me pondré a ordenar las cosas de la mochila. Creo que ellas también echan de menos esa rutina y a sus compañeros de clase. Espero que este nuevo curso sea como mínimo tan bueno como el que ya dejamos atrás.

Estoy contenta de que se acabe el calor del verano (que no me gusta nada) y la verdad es que se agradece el volver a la rutina. Se que después me quejare de que voy hasta el cuello pero es la naturaleza humana: que nunca se esta conforme.

martes, 2 de agosto de 2011

Vacaciones de pacotilla

Con las ganas que teníamos de empezar las vacaciones de Eladio... Con la cantidad de cosas que teníamos pensadas hacer... ¡Incluso me había dibujado un calendario para distribuir las tareas y que nos diese tiempo de hacerlo todo! Desde luego, no se puede planear nada... 

Su último día de trabajo antes del ansiado descansito veraniego era el viernes, pero se ha visto forzado a adelantarlo involuntariamente a causa de un corte. Sí, sí. Se ha cortado con el cuchillo jamonero. Y no es por hacer un juego de palabras pero es que realmente estaba cortando jamón cuando se le ha escapado el cuchillo y se lo ha ensartado en el nudillo de la mano izquierda. ¡Mierda! Corriendo a poner la mano bajo el chorro del grifo para limpiar y ver la gravedad de la lesión. Se ha esperado lo peor. Enseguida le he obligado a sacar la mano de debajo del grifo para ponerle una gasa y que se apretara para intentar cortar la hemorragia. Le he obligado a sentarse en el sofá. Con las clases que había hecho en el cursillo de Cruz Roja de monitor de comedor y había una introducción a los primero auxilios no se me ocurría nada más. Era menester ir a urgencias y que le viera un médico. En un momento dado estábamos preparando la comida y al siguiente corriendo para organizar una salida de emergencia. ¡Es que las niñas estaban comiendo y el tenía el primer plato puesto en la mesa! 

Corriendo a llamar a los compañeros del trabajo para decirles que se espabilaran sin él, que no iba a subir, que tenía que llevarlo a urgencias. Yo con un aspecto terrible de haber estado sudando y pintando toda la mañana con las prisas para cambiarme la ropa y punto. Las niñas han tenido que dejar el plato como lo tenían. Hemos cogido los bártulos y nos hemos ido. En el ambulatorio no le han solucionado nada. Deja a las niñas en casa de mis suegros y vamos al hospital. Allí nos han tenido un buen rato esperando hasta que finalmente le han hecho pasar a una consulta sin mí y me han tenido otro tanto a la espera. Harta de no saber nada me he paseado por el pasillo a ver si veía algo por la rendija de la puerta, como el que no quiere la cosa y, la verdad es que ni rendija ni nada: estaba la puerta de par en par y pude ver claramente que le estaban cosiendo.

Resultado: tendón del dedo índice izquierdo seccionado al 75% a la altura de los nudillos. Cosido y preparado para su limpiado semanal por parte de la enfermera del médico de cabecera y a ser visto por el traumatólogo. Tres semanas de baja como mínimo. Vacaciones estropeadas, pero hasta qué punto aún no lo sabemos.

lunes, 25 de julio de 2011

¿POR-QUÉ?

No pienso ponerme a filosofar, ni tampoco aspiro a llegar al nivel de cierto entrenador de la liga de fútbol española. El título de esta entrada simplemente hace referencia a lo rápido que se me escapan los días casi sin poder arañarlos para que aminoren un poco el ritmo. La verdad es que cuando vienen unos días de fiesta siempre intento mantenerme ocupada o, dicho de otra manera, aprovechar el tiempo tanto como sea posible; pero no puedo controlarlo todo. Parece que en verano esta sensación crece ante dos meses de fiesta pero en mi caso solo es un espejismo porque ya llegamos a agosto y aún tengo la casa por barrer.

Quiero remodelar mi habitación y la entrada, también pintarla junto con el pasillo y, por supuesto, recoger y poner orden en casa; pero parece ser que se me resiste porque si estoy haciendo "reformas" es imposible mantener orden ¿no crees? Las niñas también hacen natación y me rompen las mañanas cada día. Aisss... A ver si por lo menos puedo pintar antes de que Eladio empiece las vacaciones. Solo tengo dos semanas de margen y aún tenemos que elegir los colores... no sé, no sé...

viernes, 15 de julio de 2011

Último intento

La verdad es que ya había tirado la toalla, veía claro que en aquella asignatura en la que dudaba me iba a quedar un sobresaliente con un 9,5 de media, pero una compañera de clase me ha insistido en que achuche un poco a la profesora para ver si me sube la décima que me falta para optar a la matrícula de honor. Hombre, tampoco es moco de pavo si en la matrícula del curso que viene me puedo ahorrar el dinero de unos cuantos créditos y me imagino que para ella no será demasiado sacrificio esa décima extra que me falta. He pensado que tampoco no pierdo nada por intentarlo. Al último correo electrónico ya no me contestó, en éste le he pedido que me conteste y además se lo he enviado mediante la mensajería de la propia asignatura y también a su correo personal de la universidad. Supongo que de esta manera me aseguro de que lo lea. Que conteste o no es otra historia...

Este va a ser mi último intento. De hecho, no sé si estoy a tiempo o si ya se cerraron las actas definitivamente. Creo que ya no puedo hacer más. Desde luego que estoy muy contenta con las notas, pero siempre hay que intentar mirar hacia arriba, intentar llegar un poquito más lejos, intentar no ser tan conformista porque el que no llora no mama. Y es que a veces doy unos consejos geniales que no soy capaz de seguir yo misma. ¡Un desastre!

jueves, 7 de julio de 2011

C'est finit!

Tan fácil como eso: ¡se acabó! Pero solo por ahora. Finalizadas las clases, con las vacaciones de verano por delante, todo se ve diferente. Mis prioridades han cambiado de manera temporal y ahora estoy centrada en organizar el caos que hay en casa, abrirme paso entre los objetos que se han ido acumulando por la falta de tiempo y colocar cada cosa en su sitio para encontrarla fácilmente cuando se la tenga que buscar.

Las notas fueron muy bien, de hecho, ¡fueron estupendas!. Al finalizar el curso tengo tres sobresalientes, cuatro notables y un aprobado. Uno de esos sobresalientes tiene posibilidades de acabar en matrícula, pero si no me han dicho nada ya dudo que la cosa cambie a estas alturas... Por otro lado, también pedí una beca de colaboración para las matriculaciones de primero del año que viene y no me la han concedido. Estoy en la lista de espera. La cuestión es que habría pasado por delante de otros por puntos (eso va según el currículum y las notas), pero como no estaban aún las actas firmadas cuando se cerró la convocatoria no tenía los créditos mínimos para que aceptaran mi solicitud. Así que estoy en la lista de espera y si falla alguien me llamarán. A ver si tengo suerte y me gano un dinerillo extra... Había pensado en ponerme a trabajar en algún super este verano, pero Eladio me ha dicho que no, que me merezco las vacaciones y que las disfrute y las aproveche para hacer de mami y de esposa. Así que posibilidad descartada. Por eso, el único ingreso extra que podría tener está centrado en esa beca. Crucemos los dedos...

Otra cosa buena que me llevo de este curso son las compañeras. Sí, he conectado sobretodo con un par o tres con las que me siento muy agusto. Son trabajadoras y tienen las ideas claras, supongo que por eso nos entendemos tanto. Me he sentido bien ayudándolas y trabajando conjuntamente con ellas. Espero que puedan finalizar el curso con un balance tan positivo como el mío y que en septiembre vengamos todas con energías renovadas. Porque, no nos engañemos, no nos veremos hasta septiembre seguramente: cada una tiene sus cosas y nuestras vidas son muy diferentes, al menos la mía frente a las suyas.

En cuanto a las vacaciones... no pintan demasiado bien, la verdad. Eladio no tiene claro cómo está realmente el tema del trabajo (no sabe si le darán vacaciones permanentes o si simplemente no hará), por lo tanto, tampoco tiene claro los días que tendrá; los gastos se están reproduciendo y los ingresos no dan para más; y yo que estoy ilusionadísima con ir al pueblo y que las niñas vivan un poco el ambiente que tanto añoro. Ya no basta con convencer a Eladio, ahora es que las cosas se están torciendo y no sé que pasará al final. Por poco que podamos insistiré, ni que sean cuatro o cinco días, me gustaría ir. Ya veremos como acaba todo...

martes, 28 de junio de 2011

Otra etapa más a mis espaldas

Pues aquí estamos, en la última semana de junio y dando pasitos en este complicado sendero que decidí emprender hace casi un año atrás. Aún no estoy en la posición adecuada para hacer balance del curso, pero aún así creo que me puedo aventurar a hacer una previsión positiva; porque, aunque al final no pase limpia a segundo (aún no sé las notas finales de este segundo semestre), estoy contenta de la evolución que he hecho: me siento mucho más madura intelectualmente y creo que voy a llegar lejos con este empeño y el esfuerzo que conlleva. Todo gracias a la gente que me ha apoyado, que sin ellos esto sería imposible.

Mujer. 30 años. Casada. Con 3 hijas (una de 7 y dos de 3). Periodo de crisis económica... No es un panorama idóneo para decidir ser universitaria, pero me doy cuenta de que el trabajo deja sus frutos y que ya no es solo por el título sino por mí misma, para crecer como persona y para saciar esa sed constante de conocimiento que tengo. Me siento bien cultivando mi mente. No sé qué será de mí en el futuro, a estas alturas aún no sé "qué quiero ser de mayor"; pero tampoco importa demasiado si puedo continuar dando lo mejor de mí y sintiéndome tan bien como ahora. 

No importa demasiado si suspendo, es solo un número; lo importante es ir avanzando, crecer como persona, dejar etapas finalizadas atrás y seguir adelante. De todas maneras, suspender no es una opción a la que yo tenga acceso, es un lujo que no me puedo permitir y que, de momento, estoy cumpliendo.

viernes, 20 de mayo de 2011

Sin retorno

Pues ya estamos en la segunda parte del mes de mayo y con un pie en la recta final de este primer curso universitario. Es curioso: echo la vista atrás, justo un año atrás, y me veo a mí misma inmersa en un mar de dudas; si buscar trabajo o seguir estudiando en la universidad. Las cosas tampoco han cambiado demasiado...

Este segundo semestre ha sido un poco de locos. Aún estaba más descolocada que en el primero (que se supone que es más de adaptación). No tengo demasiado claro cuál ha sido el motivo por el cuál me he saturado de esta manera, pero la verdad es que está siendo bastante duro. Esta vez si que no aspiro a matrículas de honor ni nada, con aprovar me conformo.

Estoy constantemente revisando la agenda para poder planearme los días que quedan de curso de la manera más adecuada posible. Voy a hacer lo más imprescindible. Si después me sobra tiempo será entonces cuando vaya a por nota, aunque eso creo que va a ser un privilegio del que no estoy segura que pueda gozar. Este fin de semana va a ser clave para los avances en todos los trabajos y materias que debo ir concluyendo. A partir de la semana que viene tengo que ir pensando ya en exposiciones orales e historias de estas, por lo tanto es preciso cerrar unos temas para poder abrir otros. 

Es difícil organizarse con tantas cosas pero esa fue mi elección de hace un año más o menos y ahora me toca apechugar con ella. Tengo momentos de altibajos en los que incluso pienso en tirar la toalla, pero ese tatuaje que me hice me recuerda cuán importante fue para mí declinarme por continuar estudiando, lo que se está sacrificando la gente de mi alrededor para que lo pueda conseguir y que no se lo puedo pagar de otra manera que no sea dándolo todo.

lunes, 4 de abril de 2011

Centrándonos

Estoy en xoc. Veo que empezamos abril y aun no he cogido el ritmo del semestre. Hay una asignatura que la tengo atravesada y no doy a basto con ella. La profesora se pasa mucho mandando faena y lo bueno es que tampoco nos va a puntuar por ella; es más, fui a hablar con ella porque no podía más y me dijo que no hiciera la faena y me centrara en el par de cosas importantes, que me restaría unas décimas de la nota final y ya está. Y así lo estoy haciendo pero me fastidia. Quiero ir a por todas y no entiendo por qué estoy tan bloqueada, por qué no avanzo.

El resto de asignaturas van mejor, pero aun así tengo también la sensación de que no las acabo de dominar. No sé si es que son muy difíciles o simplemente es que me veo descentrada en una y esto me hace sentir insegura con el resto. El caso es que no las tengo todas...

Por otro lado tengo mi casa que, aunque es un mundo aparte del universitario, también forma parte de mi vida. Tengo la sensación de que tengo a mi maridito abandonado. También un poco a las niñas. Incluso he decidido apretarnos el cinturón para que Irene vaya a todas las fiestas de cumpleaños a las que quiera. En el fondo se lo merece, que es muy buena nena. A Sara la tengo que volver a llevar para que la miren los oídos y resolver definitivamente si tiene un problema auditivo o no (que esto lo arrastramos desde que nació... es una negligencia administrativa derivada de que nacieron en un día festivo). Y Aroha está hecha un bichillo. Están todas con una mamitis aguda que no se la pueden aguantar. Y supongo que es normal porque después de Navidad prácticamente las abandoné para estudiar para los exámenes. Este semestre sólo tendré dos exámenes fuertes (el resto son parciales), así que imagino que en ese aspecto iré más desahogada. Por otro lado tampoco quiero bajar el ritmo... ¡¡¡aisssssss!!!

También estamos haciendo proyectos en casa: queremos cerrar el balcón y hacer una galería. De esa manera entrará menos frío y tal vez le demos más uso que ahora ni tan siquiera salimos y es un espacio perdido. La terraza la queremos techar para poderla aprovechar más (que los vecinos del bloque son un poco guarretes y tiran de todo por ahí). Incluso hemos comprado unos maceteros grandes para plantar algunas matas de tomates, pimientos y pepinos; haremos un poco de huerto y también les irá bien a las niñas para aprender y experimentar cosas nuevas. El otro proyecto es que este verano quiero ir una semanita al pueblo y estoy intentando convencer a Eladio... a ver si lo consigo...

Otra cosa que me tiene muy preocupada es la situación en Japón. De verdad, en casa estamos muy pendiente de todo lo que se dice al respecto. Intento seguir el blog e incluso el Twitter de un conocido que vive en Tokio, pero hace más de una semana que no publica nada y me empieza a preocupar porque este tío no pasaba una semana entera sin publicar nada en ninguno de los dos lados. Estoy preocupada por él, por supuesto, pero también por todo el país y por las repercusiones que este desastre tendrá en el resto del mundo. Muchas veces veo imágenes de los servicios de emergencia trabajando o la situación que viven muchos japoneses o incluso los homenajes que les hacen en otros lugares para intentar ayudarles y recaudar fondos para la recuperación del país y se me caen las lágrimas. Ese hombre que trabaja en la central nuclear de Fukushima,  que va cada día sin falta a su puesto de trabajo, sabiendo que ello le matará, pero que no le importa porque sabe que está haciendo un bien por su nación. No tiene precio y estoy segura de que esto aquí no pasaría. Japón es otro mundo y estoy segura de que se repondrá con la cabeza bien alta de todo esto, pero el proceso no deja de ser lento y doloroso. ¡ÁNIMO JAPÓN!




jueves, 3 de marzo de 2011

A duras penas

De veras que lo intento, pero a duras penas lo consigo. Hemos empezado este segundo semestre a tope, con muchísima faena. Al final me voy a tener que creer aquella teoría de que "los profesores se piensan que solo tenemos su asignatura y no hacemos nada más". Pues creo que a estas alturas del blog no hace falta explicar que otras cosas hago aparte de ir a la uni, ¿verdad?

La asignatura obligatoria del grado de inglés es la que más faena nos da. Esta mujer empieza a exigirnos actividades dentro y fuera de clase y no se da cuenta de que ya no me queda espacio en la agenda para anotarlas todas. No es difícil intuir que voy un poco atrasada, que no lo llevo todo al día... Aparte, nos informó el primer día de clase de que nos teníamos que comprar un libro de ejercicios para irlo haciendo en casa y entregárselo a final de curso. Diálogos, teatrillo, descripciones, historias cortas, exposiciones orales, poemas y un larguísimo etcétera. Estamos hablando de Lengua Inglesa 1: narración y descripción.

En otra asignatura, fonología y morfología, tenemos un profesor muy preparado pero con un temario bastante difícil de explicar y, según como, de entender. El pobre hace lo que puede. La mayoría de la clase se ríe de los sonidos extraños que emite para que veamos las diferencias entre unos y otros. Cada día me doy más cuenta de que la mayor parte del alumnado de primer curso de inglés está allí para cualquier cosa menos para aprender.

Otra asignatura que tenemos nos da recursos para tratar con los procesadores de textos, los correctores, los traductores, etc. Ésta corre a cargo de la profesora bien conocida en este blog como la superestricta. Y ya ha empezado pisando fuerte. En su línea. Pero no olvidemos que personalmente me gusta su método.

Por último, tenemos otra asignatura (Ciencia y sociedad) que en principio parecía más ligera pero que a la práctica mucho me temo que no va a ser así. Para empezar nos tenemos que leer "La isla misteriosa" de Julio Verne y hacer un trabajo. La verdad es que tiene pinta de complicado porque es un libro bastante extenso y el trabajo que nos pide no puede exceder de 5 páginas. Aún no tenemos las pautas para empezarlo. Por otro lado están las clases. Son un tanto filosóficas aunque no era su objetivo, o al menos eso dice. Más de un compañero me ha confesado que se siente como si fuese a misa cuando vamos a estas clases. Es su tono de voz, su manera de hablar, cómo explica las cosas. Reconozco que me gusta la temática porque se sale de lo convencional y además el libro está muy bien (aunque no lo tengo muy abanzado), pero me da miedo confiarme.

No puedo dejar de explicar que al final me apunté a un cursillo de representación estudiantil. Me sirve para entender mejor cómo funciona el mundillo en el que me he metido y también me convalida algunos créditos de eje transversal (créditos de libre elección en el plan antiguo). Sólo con el horario y unas cuantas tareas que nos han encomendado me veo sobrepasada de faena. Tampoco hay que olvidar que esta semana las niñas tienen fiesta y no me puedo quedar en la biblioteca. Son horas de trabajo y estudio que pierdo y que nadie se puede hacer una idea de cuánto las añoro. Esperamos que la situación se estabilice a partir de la semana que viene. Necesito un paréntesis (¿tal vez este fin de semana?), ponerme al día y reencontrarme con la rutina que tanto me ayudó el semestre pasado.

lunes, 7 de febrero de 2011

Un pasito más

Parece ser que ya está todo. ¡Prueba superada! Por lo visto este primer semestre queda atrás y no justito del todo... La verdad es que me he llevado alguna decepción porque sé que soy capaz de dar más, y por H o por B no ha sido así, pero en el fondo estoy enormemente feliz porque a pesar de los pesares los exámenes ya terminaron y empieza una nueva etapa. Hoy toca guardar los apuntes, vaciar las carpetas y empezar de nuevo con las pilas recargadas y con mucha motivación por ver que esta gesta tan difícil para alguien como yo realmente da sus frutos y que vale la pena privarse de vida social por un periodo de tiempo relativamente corto para sentirse tan orgullosa y satisfecha de una misma, del trabajo realizado y de los resultados conseguidos.

Tampoco tiro campanas al vuelo con las notas porque todavía no las sé todas pero sí sé que estoy aprovada, aunque quedan las calificaciones finales de cada asignatura. Aún así veo que tengo una media de notable que no está nada mal. Han sido muchas horas de dedicación, muchos ratos de lectura, interminables tardes de trabajo, noches y madrugadas de estudio,... Ha sido agotador... por suerte siempre he tenido a mi lado personas que me han apoyado y han estado a mi lado en todo momento. El primero, sin duda, mi marido: él siempre me ha motivado y me ha pinchado o dado un alto cuando me ha visto desfallecer aunque solo fuese un poquito, pero también me ha animado y dado coraje cuando se daba cuenta de que me desanimaba o me preocupaba por algo. Esta marca que me hice en la piel para recordarme a mí misma el por qué de todo esto tampoco se queda atrás. Cada día me pongo crema y cuando la veo me reafirmo en mi autodeterminación de tirar adelante con esto. ¡Esta vez no me puedo quedar a medias! Mis niñas también me han ayudado con su bondad y su "bienhacer" en la escuela y en el día a día. No son niñas conflictivas (muy al contrario) y restándome faena de madre me dan más tiempo para el estudio. Tengo mucho que agradecer... pero es que esto no ha hecho más que comenzar y está claro que un notable siempre se puede mejorar. Así que a ver si en el futuro me esfuerzo con más aínco y consiguo alguna matrícula de honor para el año que viene que mal no nos vendrá.

¡Ánimos Maribel!

viernes, 4 de febrero de 2011

¿Ya?

Pues aun no estoy segura de si he acabado con esta etapa tan estresante de exámenes... Estamos en las fechas que estamos y todavía quedan profesores que no han publicado notas. El lunes empiezan las recuperaciones. No entiendo el motivo por el que apuran tanto. Está claro que en una semana no se hace el trabajo de un mes, al menos no tan bien; por lo tanto no es fácil solucionar un suspenso absoluto en unos días. Pero, ¿es necesario hacernos sufrir así? Esta duda... es que la cuestión es que no sé si estoy aprovada o no, no sé si debo preocuparme o respirar tranquila, si debo retomar el repaso o relajar mi mente, ... Esta incertidumbre no puede ser buena de ninguna manera.

Por otro lado, el profesor al que he criticado sin descansado porque no me parecía correcta la manera en que impartía sus clases hoy me ha abierto una nueva puerta. No sé si confiar plenamente en sus palabras o si simplemente son falsas esperanzas. El caso es que le ha gustado mucho mi trabajo y, aunque no lo ha puntuado demasiado alto porque cree que hay detalles en los que me he quedado corta, me ha propuesto que lo modifique para que lo transforme en un artículo y poderlo publicar en una revista. Le ha gustado la expresión, la ortografía y sobretodo el contenido. Dice que ha aprendido muchas cosas que desconocía, que le ha parecido muy interesante las reflexiones y el análisis que he hecho y también que el tema le ha parecido muy interesante. Cree que sería un buen artículo y que el hecho de publicar algo así me abriría puertas que no me espero. También me ha comentado que si quiero ser profesora en el futuro esto me ayudará a ganar puntos para oposiciones y si no también será un punto muy positivo para mi currículum.

No albergo grandes esperanzas en sus palabras porque no me ha infundido demasiada confianza a lo largo del semestre, pero probaré suerte. Tampoco tengo nada que perder, ¿no?

lunes, 31 de enero de 2011

Un parentesis, por favor...

La suerte está echada: se acabaron los exámenes. Ya los hice todos y esta semana tienen que publicar notas sí o sí porque la que viene es la dedicada a las recuperaciones, así que es necesario saber si nos hace falta presentarnos o no. Tal vez debamos intuirlo según nos hayan ido los exámenes, pero personalmente este tipo de situación me produce mucha incertidumbre e inseguridad. Yo soy de las que piensa que no se debe vender la piel del oso hasta que no esté cazado. No doy nada por hecho, así que toca esperar para los resultados.

jueves, 27 de enero de 2011

Primera gran decepción

"Señorita, en el tema 3 dice que tenemos que hablar de la forma en la que escribe el autor. ¿Se refiere usted a las figuras literarias? Pero es que este escritor no usa recursos de este tipo y no sabría de qué hablarle... - No te preocupes, como el tema 3 también es sobre la literatura imaginativa céntrate en las partes fantásticas de la novela."

Más o menos fue esta nuestra conversación a mediados del cuatrimestre. Además que la recuerdo con bastante claridad. Bien, pues hoy era el examen de literatura y la verdad es que iba muy motivada porque llevaba tiempo preparándome los escritos y me sentía bastante segura. De alguna manera había superado mis miedos. Pues nos ha preguntado el tema 3 y sobretodo nos ha dicho que quería que nos centráramos en la forma. En definitiva, con unas  simples palabrejas ha tirado toda mi moral por el suelo y, por lo que he oído, también la de mucha más gente. 

Eran dos preguntas: la primera sé que no la he hecho perfecta pero la he contestado lo mejor que he podido y la segunda era la nefasta. No sabía si dejarla en blanco, pero he pensado "mejor le escribo lo que me he preparado para hoy y si lo quiere tachar allá ella porque, a fin de cuentas, no es lo que preguntaba, pero que al menos no se quede pensando que no he dado palo al agua en tres meses.." Y así lo he hecho. Al final he escrito cuatro folios por ambas caras. La suerte está echada, pero desde luego hoy nos la han jugado y yo estoy cabizbaja a pesar de los ánimos que intentaba infundir entre mis compañeras. Ánimos fingidos porque cuando me he quedado sola casi me derrumbo, pero hablando con mi primica he podido despejar un poco los nubarrones.

Para la semana que viene nos han dicho que tendremos más o menos notas, pero que solo aquellos que se hayan quedado rondando el aprovado tendrán posibilidad de ir al examen de recuperación. De dos partes espero tener una medio bien y de la otra rascar algún puntito. La verdad es que no espero aprovar este examen (muy a mi pesar) pero por lo menos que me quede la posibilidad de ir a recuperación o que me haga media con el resto de notas. Porque todo lo demás lo tengo con buena puntuación y al menos sacarme de encima la asignatura para no tener que arrastrarla. De nuevo he vuelto a bajar el listón... Desde luego la universidad es otro mundo.

Bueno, si se mira en perspectiva y por el lado positivo ya solo falta un examen. Es el lunes a primera hora y de lingüística, así que a partir de ya toca olvidar el tropiezo en literatura y empezar en serio con lo otro si no quiero más sorpresas. Ya habrá tiempo para lamentaciones después y espero que también para celebraciones.

domingo, 23 de enero de 2011

Take a breath...

Domingo previo a la semana de exámenes. Necesito un respiro. Sé que no soy la única, pero es irremediable pensar en una misma. Lunes y martes sin descanso porque el miércoles ya tengo el primero. La suerte es que será el más ligero y para el que menos tendré que estudiar. Un punto a favor si se mira fríamente ya que sería como empezar esta etapa de estrés de manera paulatina. Aún así no debo descuidarlo y procurar preparármelo de alguna manera para no encontrarme con sorpresas desagradables. 

Acto seguido (el jueves) tengo el de literatura. Para éste sí que tengo un poco más de miedo porque me siento desnuda, sin argumentos válidos ante una prueba que vislumbro tenuemente pero que no acabo de ver con claridad. No tengo ni idea de qué es lo que quiere exáctamente esta señora en su exámen, aunque nos pasó un documento que representaba la guía del examen, como si fuesen las posibles preguntas. La cuestión era preparárselas en casa, con tiempo y poder enseñárselo de manera que nos diera su visto bueno o no; pero no lo he hecho así y ahora me siento insegura. Un antiguo compañero de clase que ahora está en segundo me dijo que no me preocupara demasiado por ello porque no es tanto como parece. No importa cuanto me diga, es mi manera de ser y no puedo evitar darle vueltas. No me siento segura con una profesora que solo se ha dedicado a dar clases magistrales y que nunca ha puesto "a prueba" a sus alumnos. De hecho, no sabes si vas bien o estás dando pasos en falso. La suerte es que un tanto por ciento de la nota nos la pone el otro profesor que imagino que nos puntuará bastante positivamente, así que con un poco de suerte Literatura no será una asignatura que me quede pendiente.

Por último, el examen de Lingüística con la profesora más estricta que he tenido nunca. No me cansaré de decir que es muy buena profesora, pero al tener esta faceta tan recta me da qué pensar... ¿Las preguntas serán muy rebuscadas o sólo intentará averiguar si nos hemos quedado con la esencia de la asignatura? La verdad es que no me asusta tanto como el anterior pero tampoco me pienso dormir en los laureles. Durante las vacaciones de Navidad estuve pasando sus apuntes a limpio, la cual cosa me permitió hacer un repaso general de todo, y a consecuencia nació un documento de 100 páginas. ¡100 páginas! Sin duda, cuando salga del examen de Literatura me pondré sin descanso a estudiar Lingüística...

Espero que todo salga bien y así no tener que arrastrar alguna de estas asignaturas; ni hasta la recuperación ni en años venideros.

viernes, 14 de enero de 2011

Como una bendición

La verdad es que a pesar de tener tres hijas pequeñas me doy cuenta de que me dejan el margen necesario para poder emprender esta aventura universitaria, con más o menos éxito aunque desde luego que esto último no depende de ellas porque con el carácter y la manera de ser que tienen me es posible no estar completamente encima de ellas y seguir con mis cosas. Podría decirse que se crían solas. Son tan buenas que con lo básico tiran adelante. Son cariñosas, lo entienden todo y además toman ejemplo de verme a mí con los libros para coger el hábito (algo bueno tenían que sacar ellas de todo esto). Me siento muy orgullosa de las tres, pero sobretodo de la mayor que intenta superarse a diario a causa de mi exigencia (creo que a veces exagerada) para que esté contenta con ella. A pesar de lo pésima madre que me siento a veces me quieren y hacen todo lo posible por cubrir todo lo que les pido para mejorar día a día ante mis ojos.

Cuando tuve que elegir entre la universidad y un trabajo fue algo extremadamente difícil porque me sentía como si tuviera que elegir entre mi familia y yo misma. Dejándome llevar por los consejos de los más cercanos opté por mí misma. A veces me siento egoísta porque me antepuse a mi familia, con lo importante que es para mí, pero en el fondo creo que hice lo correcto; que es una inversión a largo plazo que aparenta lo que no es. Aposté por mí por el bien de ellos. Pasados unos meses lo veo desde otro punto de vista y espero no fallarles.

lunes, 10 de enero de 2011

¡OR-GA-NI-ZA-CIÓN!

Hoy es el primer día "laboral" después de las vacaciones de Navidad. De hecho, hoy he empezado con la rutina aunque no tenga clase. De todas maneras seguiré haciendo horario de universidad para poder aprovechar el tiempo lo máximo posible. Más que nada porque de todo lo que tenía pensado hacer durante las vacaciones bien poco he adelantado... La suerte que tengo es que tenemos dos semanas más para ponernos al día y ahora sí que me voy a poner las pilas. Estas dos semanas solo se rompen por una tutoría que imagino que durará una media hora o tres cuartos y una exposición oral que durará diez minutos.

Lo primero es organizarse para no perder el tiempo. Mira, no lo había pensado antes y hoy he venido a al uni con los apuntes de lo que menos prisa me corre. Así que para no perder el día haré eso, pero a partir de mañana otro gallo cantará. Me pienso hacer una lista de tareas con orden de prioridad, ir tachando a medida que vaya avanzando y a ver si así consigo llegar a todas partes.

Quedan dos semanas para los exámenes y mucho por hacer...