miércoles, 7 de octubre de 2015

Una maruja nefasta

Pues después de un mes de estar en casa ya lo puedo asegurar: no sirvo para ser ama de casa. No sé si es que somos muchos y además ahora comemos todos en casa o qué pasa, pero es una pasada la cantidad de faena que se acumula en cuestión de uno o dos días. No doy a basto y encima se me rompe el día cuando tengo que coger el coche para ir a buscar a las niñas y preparar la comida.

No entiendo por qué no puedo acabar de organizarme... ¿Demasiado tiempo haciendo cosas que no tocan para un perfil de mujer como el mío? No me lo explico... Si he podido tirar adelante con todo lo que me he propuesto ¿por qué ahora no soy capaz de hacer bien lo que tendría que estar haciendo ya que no trabajo fuera de casa? Es una cuestión que me frustra bastante, sobretodo cuando veo que van pasando los días, la semanas e incluso los meses y que mi situación no cambia.

lunes, 5 de octubre de 2015

Una piedra en el camino... ¿o tal vez sea un dulce?

Hoy justamente hace un mes que dejé de trabajar y no he hecho prácticamente nada de lo que tenía pensado hacer. No sé exactamente el motivo, pero la verdad es que aquí estamos... Por lo que todavía tengo la intención de hacer todo esto, ponerme a trabajar en mis propios proyectos y ver qué pasa. Pero ha surgido un imprevisto...

Al poco de dejar de trabajar fui a la oficina de empleo a pedir mi prestación y por poco no me la dan. Menos mal que lo pude solucionar aportando documentos antiguos y finalmente me dijeron que tenía derecho a cobrar durante seis meses. Lo que no sé es cuánto me pagarán y estoy esperando a la primera paga, que no creo que tarde mucho en cobrarla, para salir de dudas. 

Bien, pues antes de finalizar el mes de septiembre mi cuñada me envió un mensaje con una oferta de trabajo bastante atractiva. Sinceramente, al principio me pareció un lastre porque como todavía no me había puesto al día con ninguno de mis proyectos me pareció que interesarme por esta oferta de empleo era un contratiempo que podría ignorar fácilmente para poder seguir adelante con mis cosas. Sin embargo, si ignoraba esta oferta tal vez me arrepintiera. Siempre he dicho que no debemos cerrarnos las puertas nosotros mismos sino que debemos dar la oportunidad a los demás a hacerlo. Por lo que mi propia moral me impulsó a mostrar interés por el anuncio de trabajo (confieso que inicialmente fingido) y mover ficha para ponerme en contacto con la empresa. Es más,  pregunté a varios conocidos por la empresa para pedir referencias y fui personalmente a entregar mi currículum para darme a conocer. Pareció que lo que más les importaba era el nivel de inglés de los solicitantes, pero pocas cosas más me preguntaron. Por lo visto tendré que esperar en casa hasta que el gerente empiece a llamar a aquellas personas que hayan dejado su currículum y que él considere adecuadas para el puesto de trabajo. 

¿Pero en qué consiste el puesto de trabajo? Pues la verdad es que no lo sé exactamente. Pedían conocimientos altos de inglés, capacidad de trabajar en equipo, buena presencia, organización, etc. Tiene pinta de relaciones internacionales, además es una empresa que trabaja internacionalmente por lo que todo apunta hacia aquí, aunque no lo puedo asegurar. Tampoco es que lo digan en el anuncio que me pasó mi cuñada: te ofrecen un puesto de trabajo especificando las características que tienen que tener los solicitantes pero no te hablan sobre el puesto en sí. Como en este país estamos tan desesperados por encontrar trabajo supongo que se aprovechan de ello.

Creo que puede ser un dulce más que una piedra en el camino porque la empresa está en la misma ciudad en la que vivo y como no sé cuál será el horario ni las condiciones considero que también cabe la posibilidad de que puedan ser flexibles para que pueda amoldarlas a mi vida familiar. Su localización en sí es un gran punto a favor por el tema de la movilidad y porque si surge cualquier problema en 5 o 10 minutos me planto en el colegio o donde sea que estén mis hijas. Por eso que cuánto más lo pienso más me parece que lo que me encontré en el camino es algo agradable, una alternativa que tal vez sea la solución que nos dé la estabilidad económica que tanto necesitamos. Incluso me atrevo a decir que me estoy empezando a ilusionar... ¡Peligro! No sé cuánta gente llevará su currículum, ni el perfil exacto que busca el gerente. Que me llamen para entrevistarme no quiere decir que me vayan a contratar, pero no puedo evitar pensar que todo irá bien. Sin embargo ahora mismo solo puedo esperar, seguir adelante con mis proyectos personales y vivir el presente disfrutando de cada detalle. ¿Que me llaman? Pues a ver qué me ofrecen y valorar la oferta, aunque hoy en día no tienes demasiado margen de negociación. ¿Que no me llaman? Faena no me falta, no creo que me aburra en casa; aún tengo cinco meses más para encontrar algo.

Por cierto, que voy a iniciarme en Twitter porque me doy cuenta que las redes sociales son cada vez más un requisito a tener en cuenta en el mundo laboral.