domingo, 1 de julio de 2012

¡Hola vacaciones! ¡Adiós vacaciones!

Los exámenes han terminado y lo he aprobado todo. Se dice pronto, pero la verdad es que este segundo semestre ha sido MUY duro. Estoy muy contenta. Las ansiadas vacaciones llegaron, pero sólo durante unos días porque he buscado y encontrado un trabajo en una guardería bilingüe. La historia es muy larga aunque se ha comprimido a lo largo de un mes, pero la resolución es que mañana empiezo.

La historia es que me decidí a llevar el currículum a aquella guardería de la que ya había hablado en alguna otra entrada. Pude hablar con la directora directamente y, por lo visto, le causé tan buena impresión que me quiso hacer la entrevista ipso-facto. Me aseguró que estaba la primera de la lista porque buscaba gente como yo, la lástima es que solo quisiera trabajar en verano... No me quise buscar otra cosa porque la verdad es que tenía una corazonada con esto, pero por H o por B la señora directora no me llamaba y me daba qué pensar (y no muy bien, por cierto...), así que otro día me pasé personalmente por allí. La mujer se puso muy contenta al verme. Me dijo que me llamaría a lo largo de la semana. El caso es que no lo había hecho aun porque parecía que no se apuntaban niños durante el verano, pero justamente aquella semana la gente empezó a aparecer por allí en masa. La mujer tenía miedo de no cubrir con unos mínimos y tener que tener cerrado durante los meses de verano o tener que echar mano del Plan B en caso de emergencia... Pero viendo que finalmente todo iría bajo lo previsto quería llamarme. Me dijo que no había entrevistado a nadie más, que le causé muy buena impresión desde el primer momento y que no le importaban mucho los añadidos que puse en el currículum (titulaciones y todo eso) porque a ella lo que realmente le importa es ver cómo reaccionan los niños conmigo y viceversa. Por lo tanto, me dijo que la semana después de los exámenes (la última de junio) fuese un ratito cada día para ver cómo trabajan y, en cierta manera, ponerme a prueba. Me dijo también que contara que casi que sí que me contrataría pero que quería ver qué tal me iba esa "semana de prueba" antes de decidirse definitivamente.


Contra todo pronóstico, durante la semana siguiente recibí una llamada de la directora de la guardería que me dejó bastante trastocada. Por lo visto la semana anterior tuvo dos bajas repentinas entre el personal docente: una se la esperaba (incluso podía asumirla) porque ya estaba enferma y veía venir que tendría que retirarse por un tiempo pero la otra le vino de la noche a la mañana. Se vio desesperada porque necesitaba a alguien con urgencia para estar pendiente de los más pequeñines de la guardería. Con los mayores haces de más y de menos, pero con los preescolares no y las caras nuevas los alteran, pero en este caso no quedaba alternativa. Una de las trabajadoras tenía una amiga que estaba haciendo una sustitución en una guardería y hacía poco que se le había acabado el contrato. La jefa le dijo que si en media hora podía estar allí que le dijera que viniera. Así que sin comerlo ni beberlo esta chica se quedó con la plaza que me ofrecía a mí en un principio. Si tan solo la otra hubiera cogido la baja al finalizar esa semana el lunes mismo yo le hubiera cogido el relevo, pero las cosas se sucedieron así. De todas maneras, la mujer no paraba de disculparse porque se sentía mal. De alguna manera creía que había traicionado mi confianza y además tenía miedo de haberse tirado a la piscina sin agua ya que realmente no conocía a esta chica y no tenía ni idea de cómo era. De hecho, me dijo que lo de la semana de prueba era un pretexto porque me iba a contratar igualmente ya que le causé muy buena impresión y que precisamente estaba buscando a gente como yo: que le transmita buenas vibraciones. Aun así ella seguía con la idea de contratarme, aunque ya no podía ofrecerme las ventajas que me propuso en un principio. Me contrataría como monitora de refuerzo y solo a media jornada (por la mañana). Claro, el sueldo tampoco sería el mismo, por supuesto. Incluso me dijo que quizás no me salía a cuenta porque me tengo que desplazar casi 30 kilómetros cada día y todo eso. Entonces le dije que yo estaba realmente interesada en trabajar allí, que no me había mirado nada más esperando a su respuesta. Así que, resumiendo, el trabajo de verano es mío aunque no cómo habíamos planeado en un principio. Quedaba pendiente hablar con su gestor para formalizar la situación de la chica nueva y proponerle mi próxima incorporación, de esta manera podríamos hablar con datos más concretos.


Por otro lado, viendo mi interés por trabajar allí, me ofreció otra cosa que me pareció genial, ya que me propuso otro tipo de trabajo a partir de septiembre. La cuestión era que cuando tuviera los horarios del año que viene nos sentáramos un día a hablar y así contrastarlos de manera que encontráramos algunas horas que nos fuesen bien a las dos. De esta manera iría unas horas a la semana para hacer alguna actividad muy concreta (como hace la profesora que tienen de música, pero en mi caso podría ser una actividad de plástica, por ejemplo), cobraría lo suficiente para cubrir los gastos de transporte y, aunque no me haré rica ni mucho menos, lo importante es que no perderé el contacto con la guardería durante el curso escolar. Con este método, el día que me quiera dedicar plenamente a trabajar ya estaré dentro.

Otra cosa que me dijo que me dejó un poco fuera de lugar fue una pequeña confesión: me dijo que a corto/medio plazo quería retirarse de las aulas. Resulta que el método de enseñanza que imparte su centro es pionero y está teniendo mucha aceptación tanto a nivel nacional como internacional (ya les han dado varios premios), así que quiere dejar un poco de lado las aulas y dedicarse más a congresos, conferencias y un libro que está escribiendo. Por eso ha tomado la determinación de adaptar el equipo docente del centro (academia de inglés y guardería) y conseguir que sea joven y consolidado para quedarse con la tranquilidad de que las cosas van a continuar funcionando igual de bien aunque ella no esté. Con este comentario me ha dado a entender que cuenta conmigo. Igual imagino demasiado y simplemente era un comentario más, pero tengo muy buenas sensaciones con todo esto y creo que el sentimiento es mutuo.

Aunque las cosas pintaban bien, a la hora de la verdad se complicaron porque el día que quedamos para hablar de los detalles no se presentó y me quedé esperando varios días su llamada. Malpensé. Me desanimé. Así que me armé de valor para presentarme de nuevo allí y pedir explicaciones. Necesitaba algo más que palabrería para creer que era verdad lo que me decía. "La semana de prueba" se había perdido, había quedado atrás y era una situación de incertidumbre que me hacía sentir insegura. Había una excusa sólida para sus desplantes (fuerzas mayores), pero la ansiada conversación finalmente tuvo lugar. Sí, las condiciones habían empeorado, todo se había dividido a la mitad o menos; incluso el trabajo de verano se vio reducido a sólo el mes de julio, ya que en agosto estará cerrado. Pero aún así lo he aceptado. Sí, lo he aceptado y empiezo mañana. A pesar de los desplantes quiero darle un voto de confianza. Aquel sitio me hace sentir bien y trabajando un mes allí lo podré tantear desde dentro. Ya no se trata sólo del dinero. Estar allí me ayudará a adquirir experiencia con los niños y también a ganar fluidez con el inglés y aprender más léxico. Tal vez me esté equivocando con todo esto, pero tengo una corazonada y espero no errar. En tal caso así es como se aprende en la vida: cayendo y volviendo a levantarse. La continuidad en septiembre dependerá de cómo vaya este mes...