martes, 16 de febrero de 2016

Queja a la universidad

Llevo unos meses en el paro. Cinco, para ser más exactos. Pronto se me acabará. No he parado de buscar trabajo y, aunque he sido bastante selectiva, no he encontrado nada relacionado con mis estudios. Sí que en septiembre encontré un par de ofertas de maestra, pero quise descartarlas porque estaba empezando a buscar y tenía la esperanza de encontrar algo que me gustase más. Pues ha ido pasando el tiempo y nada.

El otro día, no sé si es porque estaba con las hormonas un poco revolucionadas o qué, escribí un correo electrónico a un coordinador de máster de la universidad donde me saqué el grado. Este profesor ya me conocía de las reuniones del departamento (yo era parte de la representación estudiantil) y también fue profesor mío en alguna asignatura. ¿Por qué le escribí? Bueno, pues si has estado leyendo mi blog sabrás que me he planteado volver a estudiar y hacer un máster podría ser una opción. El problema es que si sólo tengo en cuenta los que ofrece la universidad donde estuve me quedo a dos velas porque relacionados con mi grado hay tres y los tres están encarados a la docencia, rama que estoy intentando evitar todo lo que puedo. ¿Qué pasa, que si no quiero ser maestra estoy condenada a comerme los mocos? Así que me levanté con mal pie y me puse a escribir. Aquí dejo un resumen de lo que le puse:

"Cuando miré las salidas profesionales del grado (antes de matricularme en primero) vi que la docencia era una opción entre quince o veinte. ¡Una! Sin embargo, a todos los que les decía lo que estaba estudiando me contestaban 'ah, sí, para ser maestra de inglés' y yo siempre tenía que dar explicaciones de por que no y cuáles eran mis aspiraciones. Pero ahora que ya tengo los estudios acabados veo que el resto de opciones parecen paja para rellenar la ficha del grado porque a la hora de la verdad no hay mucho donde escoger.

Mientras estaba haciendo el grado tenía muy claro que no quería ser profesora de inglés. Ya he trabajado de eso en varios sitios y te puedo asegurar que no es lo mío. Por otro lado, también he estado en una editorial y, aunque sólo fue una substitución por maternidad que duró seis meses, te puedo asegurar que esta salida profesional del grado me parece bastante más interesante que la otra.

Y te hablo desde mi experiencia personal ya que acabé de trabajar en la editorial en septiembre y a día de hoy aún no he encontrado nada relacionada con mis estudios. Cuando encuentro alguna o oferta de trabajo relacionada con el inglés (porque relacionada exclusivamente con la lingüística no he encontrado ninguna) también me piden administrativo o alguna ingeniería. Es decir, que el inglés normalmente se contempla como un extra. No sé si esto se debe a que en esta zona no hay ofertas de este estilo, a si la universidad no ve la realidad ni las necesidades laborales de su entorno y, por lo tanto, no prepara adecuadamente a sus alumnos, o a si hay algún interés de las altas esferas a que el estudiantado haga una inversión adicional de como mínimo un máster para encontrar un puesto de de trabajo donde pueda desarrollar lo que ha aprendido.

La verdad es que hace unos días hice una enquesta a mis compañeros de grado en Facebook sobre esto y la mayoría o trabajan o continúan estudiando y sé a ciencia cierta que más de la mitad de los que encontraron trabajo ejercen de maestros. Esto me hizo pensar y quise compartirlo con alguien implicado en el proceso educativo de la universidad, como tú.

Ya ves que mi intención es ponerme a trabajar lo antes posible. Ojalá me equivoque y simplemente haya tenido mala suerte para encontrar faena, pero la verdad es con sólo el título del grado siempre me he encontrado con puertas cerradas (exceptuando la editorial, claro, pero no cuenta porque ya me conocían de haber hecho las prácticas del grado allí) y me parece muy triste después de todo el esfuerzo que supuso estudiar el grado con las cargas familiares que tengo. No quiero pensar que engañáis a la gente usando la ficha del grado como un gancho para que se apunten. Sabes tan bien como yo que el tiempo es oro y que el que se pierde no se puede recuperar. No quiero creer que tiene el mismo valor un quinto de la EOI, por ejemplo, que un grado de Estudios Ingleses cuando te pones a buscar faena. Quería ser muy clara con mi mensaje para obtener respuestas igual de claras.

Muchas gracias por leer el correo hasta el final. Espero no haber abierto la caja de Pandora con este correo y espero que me disculpes si en algún momento te has sentido ofendido o molesto por mis palabras. No era esa la intención, créeme."

Bueno, pues contra todo pronóstico tuve respuesta y finalmente me reuní con este profesor y estuvimos hablando casi dos horas. Por supuesto que no me solucionó el problema, pero por lo menos aceptó que mi perfil (alumna de lenguas que no quiere ser profesora) existe y que nuestra universidad no está preparada para atender a este tipo de demanda. Me propuso quedar otro día con el coordinador del grado y con la coordinadora de lingüística para hablar del tema y para hacerles llegar mi queja. 

La intención al enviar este correo era que supieran que algo fallaba entre los estudios universitarios y el mundo laboral. Que profesores hay muchos y que creo que tendrían que tener en cuenta las necesidades de la zona cuando se trata de ofrecer estudios, cosa que parece que no se hace. Además, no creo que esto sea moco de pavo porque al fin y al cabo el objetivo final en cualquier caso es encontrar trabajo.

A ver cómo acaba esto...

martes, 9 de febrero de 2016

Un móvil para una niña preadolescente

Tal vez no me ajuste a la media española y por eso esta entrada al blog pueda resultar un poco "rarita", pero la verdad es que el tema de publicar tanta información personal en internet me parece un despropósito. No quiero ofender a nadie, al fin y al cabo cada cual hace lo que le parece con su vida, pero antes de escribir la entrada a la que el título hace referencia me gustaría hacer una pequeña introducción para dar sentido a lo que digo.

Ni en redes sociales, ni en perfiles de mensajería ni en ningún medio que sea tan público encontraréis fotos en las que salen mis hijas solas y especificando el nombre de cada una de ellas. Son menores y considero que hay que protegerlas de todo eso, no exponerlas. Conozco gente que actualiza su foto de perfil cada dos por tres con fotos de sus hijos y reconozco que me encanta verlas, pero yo no lo hago porque sé que esas fotos las verán mis amigos y/o conocidos y ¿quién más? Internet no tiene límites y esa información puede llegar a cualquier punto del mundo. Soy de las que piensa que hay que tener cuidado con lo que se publica, que hay quién da muchas pistas de los horarios que hace, de cuándo  y dónde está de vacaciones o incluso de lo que se compra o le regalan. No voy a juzgar a nadie pero insisto en que yo esto no lo hago. Toda esta información no es de ámbito público y según quién la lea te puedes buscar un buen problema. 

Sí, lo sé: tengo un blog en el que publico muchas cosas personales, pero si te das cuenta por mucho que explique aquí no doy información personal. Hablo de mi y de mis cosas y tampoco doy demasiadas explicaciones porque considero que para explicar lo que pongo aquí no es necesario que nadie sepa dónde vivo o a qué escuela van mis hijas. Sin embargo, por mucho que las quiera proteger de todo esto la tecnología está en todas partes y ellas forman parte de esa generación que domina una tablet como si hubiesen nacido con ella bajo el brazo. No las puedo privar de usarla, pero si pautarlas y guiarlas.

A lo que iba... Este año mi niña mayor acaba la primaria. Por mucho que no deje de sorprenderme, es de las pocas que no tiene móvil de su clase. Nunca me ha dicho nada, pero sé que se muere por tener uno, así que cuando empezaron a tener todas sus amigas le prometí que cuando acabara sexto le compraría uno. Bueno, pues hace unos meses su madrina se me adelantó y le regaló el suyo porque se lo cambió por uno más nuevo. Así que podríamos decir que tener móvil tiene móvil pero sin tarjeta SIM, por lo que no puede llamar y no puede usar whatsapp, por ejemplo. Ha estado bien porque ha utilizado internet y se ha instalado juegos y también ha estado haciendo un uso moderado del terminal. Ha sido como una introducción paulatina que creo que no ha estado mal del todo. De todas maneras me ha estado insistiendo desde que lo tiene en casa en que quiere una tarjeta SIM para poder usarlo plenamente y al final, como es una niña estupenda que me trae unas notas excelentes y que normalmente se porta genial, le dije que para su cumple (en junio) le compraríamos una.

Hemos hablado mucho del tema y al final, después de incluso buscar información en internet de cómo encarar este tema de la manera más adecuada y siendo fiel a mis principios, decidimos conjuntamente redactar un contrato que reuniese las condiciones que debe cumplir la niña para tener un teléfono móvil propio. Encontré un modelo que me parece que han utilizado más madres con las mismas preocupaciones que yo, lo copié y lo adapté a la especificidad de mi hija. Aquí dejo el cuerpo del contrato, que tanto mi marido como mi niña ya han leído y aceptado, aunque hasta junio no será vigente.

Si quieres tener un Smartphone operativo deberás cumplir con las siguientes condiciones:

1.- El teléfono es nuestro, no lo olvides. Nosotros lo compramos y pagamos en su momento. Te lo estamos prestando. ¿A que somos geniales?

2.- Nosotros siempre sabremos la contraseña o contraseñas. Respetaremos tu intimidad siempre y cuando no veamos indicios de que nos estás engañando o de que hay un problema serio que no nos quieres contar. Si llega el momento nos veremos obligados investigar qué está pasando y eso incluye tener acceso total al Smartphone. Recuerda que, al fin y al cabo, el teléfono es nuestro y sólo te lo estamos prestando.

3.- Nos entregarás el teléfono a las 9 de la noche cada día o, en su defecto, cuando vuelvas de clase. El móvil estará apagado toda la noche y se volverá a encender por mañana. Si crees que a ciertas horas no llamarías al teléfono fijo de alguien porque molestarías tampoco lo hagas con tu móvil y lo mismo ocurre con los mensajes. Respeta a las otras familias y sus horarios como nos gusta que nos respeten a nosotros.

4.- Si suena el teléfono, cógelo. Di «hola». Sé educada. Coge siempre, sin excepciones, la llamada de tu madre y/o padre.

5.- Si te llama un número que no tienes almacenado cógelo. Podría ser una llamada muestra desde un teléfono diferente. Sin embargo, si la persona al otro lado de la línea es una desconocida o no tienes idea de lo qué quiere cuelga sin dar explicaciones y coméntalo en casa lo antes posible. Hay mucha gente con malas intenciones en este mundo tan grande que se aprovecha de la gente buena como tú.

6.- Siempre que salgas de casa con el móvil te asegurarás de tener batería suficiente. Ésta no será una escusa válida si te llamamos y no lo coges.

7.- Te llevarás el teléfono al colegio, pero lo mantendrás siempre en silencio y guardado. Se te castigará en casa si te lo requisan en el colegio porque lo has estado usando sin una buena razón. Recuerda que sólo lo llevas por si surge una emergencia. No pierdas el hábito de conversar y hablar con la gente, sobretodo con tus amigos, en persona, cara a cara.

8.- Si el móvil se cae, se golpea, se estropea o se pierde, tú serás la responsable. Por lo tanto, serás tú quién asuma los costes de su substitución o reparación. Por si eso pasara deberás tener dinero ahorrado. Si llega el momento y después de todo no puedes pagarlo deberás realizar trabajos forzados en casa hasta haber hecho frente al gasto que no pudiste asumir. Esos trabajos serán del estilo: limpiar el coche, tareas del hogar no habituales, encargos, etc.

9.- El pago de las cuotas. Puedes elegir entre cobrar una semanada generosa y pagarte tú las mensualidades del móvil o si lo prefieres te las pagamos nosotros, pero en este caso te quedarías con una semanada mucho más reducida, la que nosotros creamos conveniente para cubrir tus gastos personales.

10.- Apágalo o siléncialo cuando te encuentres en lugares públicos. Especialmente en restaurantes, en el cine o mientras hablas con otra persona. También en comidas familiares. No eres una maleducada, no dejes que el móvil cambie eso.

11.- No uses el móvil para mentir, hacer tonterías o engañar. No te involucres en conversaciones que sean dañinas para los demás. Sé una buena amiga. A ti tampoco te gustaría ser el blanco de un acoso así.

12.- No seas faltona. No envíes mensajes, correos electrónicos ni digas nada a través del teléfono que no dirías en persona.

13.- No te dejes llevar. No envíes mensajes, correos electrónicos ni digas a alguien algo que no le dirías en voz alta y en presencia de sus padres o de los tuyos. Autocensúrate y contrólate.

14.- No pierdas el norte. Busca en la web información que compartirías abiertamente con nosotros. No tengas vergüenza en preguntar a una persona adulta, preferiblemente a tus padres, cuestionen que te inquieten. Nosotros también hemos sido jóvenes y también nos hemos preguntado las mismas cosas, te lo aseguro.

15.- No envíes ni recibas imágenes íntimas tuyas ni de otras personas. No te rías. Tal vez algún día te sientas tentada a hacerlo, a pesar de tu gran inteligencia. Es arriesgado y puede arruinar tu vida de adolescente, joven e incluso adulta. Recuerda que es siempre una mala idea. El ciberespacio es más poderoso que tú y es difícil hacer que algo de esa magnitud desaparezca, incluyendo una mala reputación que te perseguirá indefinidamente.

16.- No hagas millones de fotos o vídeos. No hay necesidad de documentarlo todo. Vive tus experiencias al momento y quedarán almacenas en tu memoria para toda la vida.

17.- A veces conviene dejar el móvil en casa. Siéntete segura cuando eso suceda. No estamos hablando ni de un ser vivo ni de una ninguna extensión de tu cuerpo. Aprende a vivir también sin él. Tienes que vencer el miedo a perderte algo que está ocurriendo y a estar siempre conectada.

18.- Bájate música que sea nueva o clásica o distinta a la que millones de chicas como tú escuchan. Tu generación tiene un acceso a la música mayor que cualquier otra de la historia. Aprovéchalo y expande tus horizontes.

19.- De vez en cuando puedes jugar a juegos de palabras, puzles y rompecabezas; juegos que contribuyan positivamente a tu desarrollo mental.

20.- Mantén tus ojos abiertos. Observa el mundo que te rodea, mira por la ventana, escucha a los pájaros, date un paseo, lee, pregunta. Muchas veces no es necesario buscar en Google para encontrar respuestas.

21.- Todo tiene solución. Meterás la pata, te quitaremos el teléfono, nos sentaremos y hablaremos sobre ello. Después de eso volveremos a empezar y posiblemente vuelvas a meter la pata. Entonces te volveremos a quitar el teléfono y de nuevo nos sentaremos para hablar. Piensa que esto es nuevo tanto para ti como para nosotros y que todos estamos aprendiendo, que no pararán de surgir cosas nuevas. Recuerda que somos un equipo; que estamos juntos en esto.

22.- El incumplimiento total o parcial de una o más de las condiciones anteriores se castigará con la retirada inmediata del terminal. En tal caso, tendremos un margen de dos días para decidir cuál será tu castigo y el tiempo en el que permanecerás sin teléfono móvil. También nos comprometemos a buscar una solución para que recuperes tus privilegios.

23.- La duración de este contrato será indefinida. Recuerda que te estamos prestando un terminal que nosotros compramos en un principio. Cuando nos demuestres que eres lo suficientemente adulta y responsable como para hacerte cargo completamente del uso y manejo del móvil rescindiremos el presente contrato. En ningún caso será antes de que cumplas los 18 años y para ello también deberás tener algún tipo de ingreso regular legal que te asegure una estabilidad económica independiente.

Esperamos que puedas aceptar estos términos. Muchas de las condiciones aquí recogidas no se aplican sólo al móvil, sino también a la vida en general. Estás creciendo en un mundo que cambia rápidamente. Es algo apasionante y tentador a la vez, pero procura hacer las cosas sencillas. Confía en tu poderosa mente y en tu gran corazón por encima de cualquier máquina. Y recuerda que te queremos sobre todas las cosas.

He decidido publicarlo en mi blog porque aunque yo crea que soy "rarita" porque regulo el uso que hacen mis hijas de las nuevas tecnologías, estoy segura de que habrá más madres como yo y que probablemente se encuentren con las mismas dudas. Por lo tanto espero que sirva de ayuda.

A mí estas cosas me producen pavor. Creo que, en general, facilitamos en exceso la entrada de nuestros hijos en el ciberespacio. No entiendo como críos de siete años tienen perfil de facebook o twitter y cuelgan fotos continuamente de lo que hacen. Me asombra muchísimo ver críos de primaria que van con el móvil al cole. Me duele incluso ver cómo los jóvenes padres de esta nueva generación usan estas mismas tecnologías para entretener a sus hijos pequeños (incluso bebés) y que así no les den la vara demasiado. Creo que les introducimos en este mundo demasiado pronto y si no los introducimos nosotros les damos muchísimas facilidades para que lo hagan ellos mismos. Y me incluyo en esta categoría por mucho que la critique.

La Guàrdia Civil está alertando continuamente de los peligros de internet, de la importancia del control parental, del ciberacoso, de la pederastia, de la violencia de género entre adolescentes, etc. Incluso imparten clases en las escuelas sobre la seguridad en internet porque parece que lo que les enseñamos en casa no es suficiente. Siempre pensamos que eso no nos puede pasar a nosotros, pero nada más lejos de la realidad. Por eso, si puedo hacer algo para proteger y preparar a mis hijas para afrontar estas nuevas situaciones con madurez lo haré sin duda alguna y creo que este contrato es un gran acierto.