viernes, 28 de julio de 2017

Evaluando mi primer curso de máster en la UOC

Ya cerradas las actas del segundo semestre estoy en situación de hacer una valoración de mi primer contacto con la enseñanza superior online.

La verdad es que el querer es poder y por eso la valoración en general es positiva. Sin embargo, estamos hablando de enseñanza universitaria y eso es sinónimo de un alto grado de exigencia. Por eso mismo puedo decir que es justamente en ese aspecto en el que he fallado más. Aún así, he sido capaz de sacarlo todo adelante, aunque debo admitir que ha sido especialmente duro.

El día tiene 24 horas y si le dedicamos más tiempo a una cosa es porque se lo restamos a otra. Mi tiempo de dedicación a la UOC se vio reducido a causa de la acumulación de tareas que he sufrido sobretodo durante este segundo semestre. Por eso mismo tuve que bajar el listón e incluso tuve miedo de no llegar a dar la talla. Pero aquí estamos. En estos momentos ya me he matriculado para el siguiente semestre, que empezará en octubre, y debo añadir que he aprendido la lección. Eso quiere decir que de cara al próximo curso voy a tomarme las cosas con más calma. Para empezar, esperaré a septiembre para decidir si continuo estudiando francés o si será mejor que me espere un año para ello. De esta manera, podré centrarme sólo en el máster si creyera que fuese necesario. En cuanto al trabajo, estaré trabajando por las mañanas en la fábrica hasta octubre y, en principio, eso será todo, aunque eso dependerá de si finalmente tengo que hacer las prácticas en empresa del curso de administrativo o no y también de si me surge algún otro trabajo. Teniendo en cuenta la situación económica de casa no me puedo permitir el lujo de quedarme parada porque sí.

Después de la autocrítica llega el momento de evaluar la plataforma. Estudiar en la UOC es duro. Para mí ha sido especialmente difícil el no ir a clase y el tener que espabilarme para adquirir los conocimientos necesarios para llevar a cabo las diferentes actividades. Eso ha sido lo que más he echado en falta, aunque supongo que básicamente se debe a que estoy acostumbrada a un tipo de enseñanza que dista bastante de esta. Por lo demás, bastante bien: la plataforma es intuitiva y sigue un patrón de colores totalmente personalizable que ayuda y mucho a clasificar las asignaturas, los apuntes, los dosieres, etc. Los profesores son muy atentos y responden a las dudas en cuestión de horas incluso en los fines de semana. La tutora, un encanto, que me ha respondido incluso preguntas que no eran de su ámbito. Otra cosa que me ha parecido que faltaba era la interacción directa. Con la cantidad de tecnología que tenemos al alcance de nuestras manos me ha parecido raro que no tuviéramos la oportunidad de interactuar mediante Skype, por ejemplo, para concertar horas de tutoría con los profesores colaboradores, con otros compañeros o incluso con la tutora del máster.

Sin embargo, y como he dicho al principio, la valoración general es positiva. De cara al semestre que viene tengo previsto hacer las tres asignaturas optativas dejándome para el siguiente el TFM (Trabajo de Final de Máster) y las prácticas en empresa. Esta última, me preocupa especialmente, pero ya pensaré más en ello un poquito más adelante...

domingo, 2 de julio de 2017

Ha sido duro..

He estado ausente. He abandonado literalmente las redes sociales y podría decir que incluso he eliminado mi vida social de mi horario personal. Un gran sacrificio, sin duda, pero todo tiene un motivo.

En septiembre empecé a estudiar a distancia el Máster de Comunicación corporativa, eventos y protocolo. Un gran reto teniendo en cuenta que no es exactamente mi campo, ya que yo provengo de filología y este máster se corresponde a la rama de comunicación. Sin embargo, si realmente quería desvincularme de la docencia tenía que hacer un giro radical y este fue el camino que elegí. También creí conveniente empezar a estudiar francés. Ya lo había hecho en el pasado, pero aún así quise empezar desde cero para refrescar conocimientos y también para ir más tranquila, por si esto de estudiar a distancia era demasiado duro para mí. Hasta aquí todo bien, todo compatible. 

En diciembre me informaron de que a principios de año empezaría un curso subvencionado de auxiliar administrativo que hacía tiempo que quería hacer, por lo que enseguida me informé y me apunté. En otras palabras, en enero ya estaba estudiando tres cosas a la vez.

En marzo me llamaron para hacer de profesora en unos cursillos que iban a durar tres meses. La verdad es que las condiciones de trabajo me eran muy favorables y la única pega era el horario, que me obligaba a llegar a casa cada día más tarde de las diez de la noche y muchos días ni veía a mis hijas. Sin embargo, seguía teniendo tiempo para todo lo que me había propuesto hacer: por las mañanas iba al curso, podía asistir a las clases de francés y el máster, como era a distancia, lo iba haciendo a ratos. Incluso así, podía plantearme aceptar el trabajo y conseguir un dinero extra que nos vendría muy bien.

Pero es que la cosa no se queda aquí, porque en abril (tal vez dos semanas después de aceptar el contrato de los cursos) me llamaron de una fabrica ubicada en la misma ciudad que vivo para trabajar en las oficinas. Me ofrecían hacer una substitución con grandes posibilidades de quedarme en plantilla. En la entrevista conecté enseguida con la jefa y a los pocos días empecé a trabajar. Aquí la cosa ya se complicaba porque al tener el día veinticuatro horas parecía que no me daba para todo... Por eso decidí "desaparecer" de las redes sociales e incluso abandonar el resto de actividades que llevaba a cabo (incluida mi aportación al AMPA de la escuela). Además, tuve que dejar el curso de administrativo para poder ir a trabajar a la fábrica. Mi gran suerte fue que como ya había superado el porcentaje de asistencia mínima, el hecho de que dejara de ir no fue un escollo insalvable. 

También me pasó algo parecido con francés. Fue un curso del que saqué mucho provecho. El profesor ya me dijo que no tendría que haber empezado en primero, pero me pareció lo más adecuado y no me arrepiento nada. Simplemente tuve que dejar de ir a las clases y aún así pude pasar a segundo con buena nota.

Total, que me encontré con los dos trabajos y el máster. Sí que eran muchas menos cosas que atender de las que tenía de buen principio, pero esto de estudiar a distancia se me hacía muy cuesta arriba y el máster era cada vez más complicado. Pero, por suerte o por desgracia, el tiempo siempre pasa sin compasión y a día de hoy ¡me siento una mujer libre! He acabado el primer curso del máster y aunque aún me queda otro ahora me siento más tranquila, como si empezara las vacaciones. Porque es que además ya he terminado de impartir clases en dos de los tres cursos para los que me habían contratado y eso implica también el tener más tiempo libre. 

Sin embargo, todavía tengo pendiente de hacer las prácticas del curso de administrativo y lo más seguro es que las haga en verano. Y llegados a este punto tal vez te preguntes por qué hago prácticas de administrativo si estoy trabajando en las oficinas de una fábrica y tal vez me las pueda convalidar. Pues haces bien en preguntártelo porque es cierto que podría hacerlo, pero no acabo de ver claro que me quede trabajando allí una vez finalice mi contrato y prefiero curarme en salud y abrirme una posible nueva puerta dándome a conocer en otra empresa.

¿Cuáles son mis planes de cara al próximo curso? Lo cierto es que tengo tantos condicionantes que no estoy segura de lo que pasará. No sé si me renovarán contrato, por lo que no sé cuál será mi autonomía económica para entonces. No sé si la empresa en la que haga prácticas me ofrecerá trabajo al finalizarlas, por lo que no sé si me interesará más cambiar de empresa aunque me renueven. No sé si suspenderé alguna asignatura del máster, por lo que no estoy segura de si podré seguir el plan de estudio que me había planteado desde un principio. No sé cómo me quedará el horario una vez tenga claros el resto de condicionantes, por lo que no tengo ni idea de cómo debería matricularme de francés ya que desde julio me piden que elija la franja horaria que me gustaría. En definitiva, tengo tantas incógnitas que voy a ir pasito a pasito:

Si sigo la línea temporal, lo primero va a ser que me digan cuál es la empresa en la que haré las prácticas y hacerlas. El siguiente será saber si me renuevan el contrato en la fábrica y ahí posiblemente llegue el momento de decidir porque, si la empresa de prácticas me hubiese hecho alguna oferta, a esas alturas ya lo sabría. Después llegaría el momento de pensar en los estudios; una vez claro el plano laboral será más fácil decidir cuál será el académico y en este sentido tendré que decidir sobre qué hacer con el máster y francés. Así que dicho esto, no creo que pueda mover ficha en cuanto a los estudios hasta por lo menos septiembre.

Y hasta aquí la historia y justificación de mi desaparición virtual. Ha sido duro. He pasado muchísimos nervios. He estado muchas noches sin dormir lo que debería. Mi mente se ha visto colapsada en más ocasiones de las que me hubiese gustado. He dejado de banda a mi familia para priorizar mis obligaciones y por fin puedo decir que todo esto va quedando atrás. O por lo menos, esos instantes de tanta tensión sí. Sin embargo, y a diferencia de otros veranos, éste va a ser bastante movidito... porque es que tampoco me puedo olvidar de mi fanfic. Tal y como prometí en su momento, julio ya ha llegado y con él toca publicar capítulos nuevos. Espero que mi proyecto consiga sus objetivos: lectores y crítica constructiva.