jueves, 2 de octubre de 2008

En pleno apogeo!

Pues bien, empezamos con la nueva rutina pero ya en serio! Sí, sí... Me levanto ya por la mañana acelerada y hasta que no llego a clase no hago un stop. Allí me dan los sudores, los calores y todo eso hasta que me normalizo. Acto seguido, clase. Seis horas con media hora de patio de por medio. Es un poco pesado, pero como todo lo encuentro interesante pues se me hace más llevadero. Después de clase una hora y algo para mí, que casi siempre la utilizo para adelantar los deberes, y a las cinco a por Irene y luego a por las peponas. Merienda, juegos y rutina de ir a dormir. Hasta las nueve y pico no terminamos. Después cenamos nosotros, miramos un poco la tele y a dormir. Pero entre pitos y flautas siempre son las doce de la noche y al día siguiente me tocan diana a las seis. Menos mal que las niñas no me dan guerra por la noche, que sino sería el no va más!

En educación infantil hemos empezado a trabajar el otoño. Estoy recopilando material de la estación del año: castañas, boniatos, setas, hojas secas, etc. Tenemos varias actividades que hacer con este tipo de material. La verdad es que estoy entretenida... Por otro lado estamos viendo una película muy antigua que se llama "El milagro de Anne Sullivan" y trata de como una institutriz enseña a comunicarse a una niña que vive encerrada en su mundo desde que era un bebé a causa de su sordera y su ceguera total. Se entienden únicamente por el tacto y el olfato. ¡Es una pasada!

En la escuela oficial me da la sensación de que aun estamos con el "previo", pero me doy cuenta de que voy a tener que pencar mucho. Si soy sincera me veo por encima del resto de la clase, aunque eso no implica que no tenga nada que aprender. Todo lo contrario. Todo lo que explicamos o contamos me suenta un montón, pero no lo recuerdo demasiado bien y me va fenomenal volverlo a ver. Claro, que partiendo de esta base es fácil deducir que cuando la maestra explica algo lo explica varias veces de diferentes maneras para que todos lo entendamos y yo con la primera hago memoria y ya lo entiendo. Por eso se podría decir que me "aburro" un poco, pero ya procuro preguntar y que no me quede nada en el tintero. Tengo clarísimo que quiero aprender. No voy a perder el tiempo ya que se me ha brindado esta oportunidad.

Esta rutina diaria es agotadora, pero muy gratificante, de veras! Tal vez aun me esté acostumbrando a los horarios, pero cuando me siento por la tarde ya me iría a dormir. Si no tuviera a las niñas seguramente a las diez estaría ya en la cama sobando... ¡Todo se andará!