martes, 23 de septiembre de 2014

Tropezando

Estoy un poco enfadada conmigo misma porque al final no he conseguido acabar la novela y además sospecho que se va a alargar mucho más de lo que tenía pensado. El trabajo de maestra me roba mucho tiempo: el que paso dando clases y el que necesito para preparármelas. Tal vez sea porque soy novata en esto y necesito buscar más para poder ofrecer clases medio decentes, pero la verdad es que tengo la sensación de que se me escapan las horas y de que no doy a basto. Por otro lado y volviendo a la novela, siento la necesidad de empezar de nuevo desde la primera página para modificar lo que ya tengo escrito. Estoy segura de que acabaré cambiando alguna cosa. Seguro. He madurado y creo que mi relato debe madurar conmigo. Sumando ambos factores preveo que como mínimo hasta las próximas vacaciones seré incapaz de retomar mi tarea personal.

Encontrar trabajo ha sido una suerte. No todo el mundo puede decir que nada más acabar la carrera lo ha encontrado y mucho menos que éste vino a llamar a su propia puerta y que además está directamente relacionado con sus estudios. Soy una mujer afortunada. Sí que lo soy. Sin embargo, ponerme a trabajar tan pronto me ha destartalado un poco. Me cuesta acostumbrarme a mi nuevo rol porque ahora debo "olvidarme" de los estudios y centrarme en el resto de cosas que forman parte de mi vida. Pero cuando pasas seis años invirtiendo un 60% de tu dedicación a estudiar es difícil redireccionarla. Ahora debo repartir esa atención al resto de mis ocupaciones, por eso en cierta manera me siento aliviada porque me he liberado de una gran carga, pero por otro lado me siento esclava de mi horario porque no soy capaz de adaptarme a él. Supongo que sólo necesito tiempo...

Dar clases de inglés no está tan mal, pero eso depende del grupo que toque. Al contrario de lo que pensaba, cuanto más adulto es el alumnado más cómoda me siento. Creo que mi paso por la universidad me ha dejado más huella de la que pensé en un principio y que todo aquello de educación infantil ha quedado demasiado atrás como para sentirme tan cómoda como solía. De todas maneras, acabo de empezar y creo que aún es demasiado pronto como para hacer balance de todo. Sólo voy a decir que este tipo de trabajo no es vocacional (lo he dicho constantemente en este blog y fuera de él), pero para nosotros un sueldo extra es necesario y mucho más si tenemos en cuenta todo el dinero que la empresa donde trabaja mi marido ha dejado de pagarle. A causa de esto último estamos con el agua al cuello y recibir a final de mes un sueldo más, aunque sea poco, va a ser para nosotros como una burbuja de aire.

Quiero acabar esta entrada informando de que por falta de presupuesto no pudimos terminar las obras del cuarto de baño. Es decir, que ahora mismo está a medias, pero como mínimo hemos puesto la ducha y el inodoro y estamos muy contentos de cómo nos está quedando. Ahora falta el mueble del lavabo con la encimera correspondiente, acabar de embaldosar el suelo, cortar la puerta para que no roce con las baldosas nuevas del suelo e ingeniarnos algo para que haya más iluminación. Sólo el mueble es un pico de dinero considerable, por lo que creo que al final se lo tendremos que pedir a los Reyes Magos. ¡Eso como mínimo!

lunes, 15 de septiembre de 2014

Adelante con la rutina

Esta semana va a ser un poco fuerte porque empezamos con una nueva rutina a la que aún nos tenemos que habituar y encima hay elementos que la alteran (médicos, horarios extraños, etc.). Tenemos que coordinarnos con abuelos paternos, maternos, el trabajo de Eladio que ha pedido hacer un horario especial los días que Irene y Aroha tienen que ir a música, yo haciendo de mamá por las mañanas preparando la comida y esas cosas y acostumbrándome a estar ausente por las tardes (es decir, todo lo contrario de lo que había hecho hasta ahora); pero la verdad es que las niñas esperaban este día como agua de mayo.

Yo también estoy nerviosa. Supongo que esto de que también sea el primer día para mí no es algo que pase desapercibido para mis adentros, sino que aunque me muestre tranquila la verdad es que no lo estoy en absoluto.

He estado preparando las clases de hoy. Voy un poco a ciegas porque no sé exactamente el total de alumnos que tendré en cada clase (dentro de un rato lo sabré) y tampoco les conozco ni sé el nivel de inglés que tienen. Imagino que sobre la media, pero recién salida de la universidad todo me va a parecer bajo. ¡Tampoco descarto sorprenderme!

En fin, que esto empieza ya. La cuenta atrás está en marcha.