lunes, 6 de enero de 2014

Estoy cansada...

Sí, lo sé, sólo un poco más y ya estará, pero es que cada vez estoy más cansada. No sé si es la edad, si es el agotamiento acumulado, si es que ya estoy un poco harta o si simplemente es que ya no quiero continuar con esto. Duras palabras, lo sé. No es que esté pensando en abandonarlo todo, ni mucho menos, simplemente es que estoy cansada. ¡Y no hay más! Y pensar en la energía que tenía cuando empecé, que parecía que me iba a comer el mundo: un máster, el doctorado, viajar... Muchas cosas que ahora no sabría decir si las quiero hacer o no.

Tengo ganas de acabar el curso. Estoy harta de estudiar, de épocas de examen, de trabajos, presentaciones y todo esto. No quiero ser maestra y me lo meten hasta por las orejas. ¡A ver si va a ser que los filólogos no tienes más alternativas que la docencia! ¿Que qué voy a hacer el curso que viene? Pues no lo sé, la verdad. Soy como una veleta ahora mismo y según como sople el viento giraré hacia un lado u otro. Ya veremos cómo está el panorama en junio y julio...

Faltan unas semanas para acabar este primer cuatrimestre. Ya me lo programé durillo para poder ir más desahogada en la fase final de la carrera, me lo planteé como el último sprint antes de la recta final, pero con el agotamiento mental al que estoy sometida se me está haciendo muy cuesta arriba y además me da muchísima pereza ponerme a ello. De todas maneras, hay que estar al pie del cañón sí o sí y supongo que al final todo saldrá adelante. Haré todo lo posible para ello. Tampoco tengo alternativa si no quiero fallar a todos los que me están apoyando en este proyecto titánico, ¿no?

Espero que, como había planificado, el segundo cuatrimestre sea más llevadero. Sólo tendré pendientes las prácticas en empresa, el trabajo de final de grado y una asignatura que no tiene exámenes (me la vendieron muy bien, ya veremos cómo es en realidad). Unas semanas más y lo peor habrá pasado, pero éstas últimas siempre son las peores.