martes, 1 de marzo de 2016

Se acabó el parón. Nuevas metas

En septiembre entré en el paro y quise hacer un descanso laboral. Enseguida llegó la vuelta al cole y la hice junto a mis hijas, etapa que siempre es especialmente dura si se tiene más de un hij@. Cuando ya estábamos colocados llegamos a la precampaña navideña y decidí, una vez más, quedarme con mis niñas y disfrutarlo junto a ellas, aunque empecé a buscar trabajo. Fui selectiva, lo reconozco. Cuando no tienes formación no te queda más remedio que agarrarte a lo que haya, pero cuando la tienes y sobretodo cuando te ha costado tanto conseguirla, esperas encontrar una oportunidad de demostrar tu valía. No ha sido el caso, de momento.

¿Es que no hay trabajo? Sí que lo hay, pero es indignante que una persona graduada y con buena nota tenga que conformarse con ser una dependienta en una tienda de cualquier ámbito. Y no quiero ofender a ninguna dependienta, que yo lo he sido durante mucho tiempo, pero creo que las personas con estudios deberían tener como mínimo la oportunidad de ocupar puestos de trabajo más afines a sus conocimientos. Por eso nos formamos, para aspirar a algo más.

Me indigné. "¿En qué piensa la universidad cuando decide ofertar según qué carreras?", pensé, "¿Es que no dan respuesta a una necesidad territorial sino a intereses políticos o propios?". Escribí un e-mail de queja y pedí explicaciones a un coordinador de máster. Me citó. Hablamos. Y finalmente, después de intentar venderme su producto y comprobando que venía con las ideas muy claras, me confesó que la universidad no estaba preparada para dar respuesta a un perfil de alumno como el mío: un alumno graduado en estudios ingleses que no se quiere dedicar a la docencia.

Bajé el listón. Decidí que ampliaría mi abanico a la hora de buscar trabajo. Seguí buscando. No encontré nada.

En ese momento me empecé a deprimir. ¿Es que acaso no hay un lugar para mí por aquí? ¿Realmente me tengo que ir? Me lo planteé, pero siendo pragmáticos me di cuenta de que era una locura, que tengo que pensar en mis niñas y en que ellas lo tienen todo aquí. A mí me lo arrebataron todo. No puedo hacerles lo mismo. Así que paré de caer en barrena para reflexionar y ver lo que tenía ante mí. ¿Qué quieren las empresas de por aquí? ¿Qué buscan que mínimamente encaje con mi perfil? ¿Qué es lo que me falta para que en un proceso de selección se lean mi currículum? Pues en la mayoría de los casos, si no en todos, el inglés es un extra a otra cosa y esa otra cosa suelen ser conocimientos de administrativo. ¿Y cuál es el siguiente paso?

Se me acaba la prestación por desempleo. He decidido buscar un trabajo por la zona (a poder ser en la misma población) de lo que sea, siempre y cuando me lo pueda combinar con los horarios de las niñas. Mis padres me pueden echar una mano, pero no pueden ser esclavos de una tarea que pertenece a los padres. Ésta última es mi última condición. Ahora mismo acepto cualquier tipo de trabajo. ¿Significa eso que renuncio a mi ambición en cuanto a encontrar un lugar donde desempeñar una tarea relacionada con mis conocimientos? No, simplemente he decidió quitarme la venda de los ojos, dejar de vivir en una utopía y adaptarme a mi entorno. He decidido seguir formándome. He decidido estudiar administrativo a distancia. ¿Por qué a distancia? La verdad es que me da un poco de respeto, pero sí quiero trabajar no me queda otra. No puedo estar en misa y repicando. Ojalá pudiera, pero sigo siendo humana.

Puedo pedir el subsidio, sí, pero espero no llegar a pedirlo. Sin embargo, esto tiene pinta de seguir así. En mayo empiezan las preinscripciones y matrículas para el curso que viene. He buscado información y creo que como mínimo puedo convalidar dos asignaturas o módulos formativos, por lo que acortará mi tiempo de formación.

Tengo miedo. Pensé que mi formación académica ya estaba concluida, pero no. Tendré que volver a ser estudiante, a los exámenes, trabajos, ... Espero dar la talla una vez más. Espero no dejarlo a medias y tener la tenacidad que se necesita para estudiar a distancia. Y sobretodo espero encontrar un trabajo relacionado con mis conocimientos cuando esto haya acabado. 

Lo peor será el proceso porque espero encontrar trabajo y llevarlo todo adelante a la vez. En el mejor de los casos tardaré dos o tres años en conseguir el título de administrativo. Lidiar con una situacón tan compleja durante tanto tiempo creo que será muy duro. Por eso me da tanto miedo. Pero es que la cosa no se queda aquí: si en septiembre sigo sin encontrar trabajo me apuntará a la EOI para hacer francés. Sí, no es la primera vez que lo digo, lo sé, pero creo que es el camino adecuado. El tiempo lo dirá. De momento, si no pasa nada, el plan es ese. 

Seguiremos informando...