lunes, 19 de julio de 2010

Creo que al final la necesidad puede más que el deseo...

Después de mucho meditar (cosa que ya habréis notado) y de soñar y de darle vueltas a las diferentes posibilidades he llegado a la conclusión de que nos hace más falta que me ponga a trabajar que seguir estudiando. No digo que renuncie a la universidad, sinó que con un trabajo como el que describí en la entrada anterior vale la pena dejar de lado los estudios. Al menos de momento. Me explico: si me admiten en un trabajo donde cobraré casi 1.200€ mensuales, donde trabajaré 9 o 10 meses como mínimo, con posibilidad de continuidad y con un horario bastante bueno pero incompatible por completo con el horario de la universidad; en ese caso y teniendo en cuenta la situación personal que estamos viviendo en casa, me quedo con el trabajo. El caso es que todavía no sé lo que han decidido después de las entrevistas. Que me dicen que si, voy; que me dicen que no, hago la matrícula, pero me veo venir que en septiembre... ¡¡volveremos a los dilemas!!

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