El fascinante mundo de los peces

Al final nos hemos enredado: hemos comprado un mini-acuario y tres pececitos. Son los típicos peces de pecera pero de diferentes colores. Irene es la dueña de uno bicolor (blanco y rojo) que se llama Flora, Sara de uno de color amarillo que se llama Fauna y Aroha del de color naranja que se llama Primavera. Son los nombres de las hadas del cuento de Disney de la Bella Durmiente y por supuesto los ha bautizado Irene, nuestra princesita.

La verdad es que le dan un toque exótico al comedor. Me hace gracia entrar y verlos allí. Irene disfruta del momento de darles de comer. Les da ella la comida y se queda a mirar hasta que se lo han comido todo. No es una pecera muy grande, incluso es probable que cuando crezcan los peces estén un poquito justillos, pero está muy bien para unos principiantes. Estoy pensando en comprar alguna planta acuática, ahora tienen una artificial de color lila muy bonita y la usan para esconderse, pero he leído que va bien una planta natural porque purifica el agua, da cobijo a los peces y produce oxígeno en el agua. De todas maneras no tengo demasiada idea de este mundillo y me voy a tener que informar mejor antes de gastarme un céntimo más. Porque los peces no son caros pero todos los accesorios que necesitan... tela! Menos mal que son de agua fría... De momento no se han muerto que ya es mucho.

Es un regalito que le hemos hecho a Irene con el dinero que le dieron para su cumple, pero ya sabemos todos quién se va a tener que hacer cargo, ¿no?