martes, 21 de octubre de 2014

Sigo desubicada

Estuve sopesando la idea de hacer otras carreras antes de elegir el grado en estudios ingleses tales como psicología,  educación infantil o educación primaria. ¿Por qué finalmente me decidí por éste? Básicamente porque no me interesaban los grados de educación, ya que con el ciclo formativo que tenía ya podía trabajar en el gremio y no vi la necesidad de ampliar esa faceta, y porque creí que psicología se me escaparía de las manos. Así que me quedó estudios ingleses un poco por descarte, pero también fue porque psicología era un grado que empezaba a funcionar aquí aquel mismo año y aún no se sabía si los estudiantes de aquella promoción ejerceríamos de conejillos de indias o si realmente era una buena opción. Además Estudios Ingleses te ofrecía un amplio abanico de salidas profesionales que muchas veces no se contemplan con la atención que merecen. Este último punto fue el detonante para que me acabara convenciendo de que este grado era el que me convenía. 

¿Dónde estoy ahora? Trabajando a menos de media jornada como maestra en una escuela de inglés. ¿Cuál es el balance que debo hacer de todo esto? Pues supongo que simplemente no soy capaz de trazar una línea recta entre el punto A y el B, aunque las circunstancias tampoco ayudan demasiado...

Mientras estudiaba mucha gente me preguntaba "¿y tú qué estudias?" y cuando les contestaba que inglés me decían "Ah, así quieres ser profesora de inglés, ¿no?" y yo siempre les decía que NO. Todavía no entiendo porque tengo que dar explicaciones cada vez que se me presenta esta situación (que no son pocas). Estudios Ingleses tiene muchas más salidas como por ejemplo traducción, corrección y edición de textos, asesoría lingüística, mediación lingüística y cultural, tecnología lingüística, relaciones públicas, comunicación internacional, creación y crítica literaria o gestión cultural. Parece ser que todas estas salidas son totalmente desconocidas para la gente que no está metida en el ajo, que si estudias inglés sólo puedes ser profesora de inglés, y cada vez que me preguntan tengo explicarlo todo, como si me tuviese que excusar porque no quiero ser profesora. No era (y no es) mi objetivo acabar como docente. Cualquiera de las otras opciones me parecía mucho más atractiva. Sin embargo, mírame ahora. Profesora de inglés es precisamente lo que he terminado siendo. El tiempo dirá, pero esto no durará eternamente y espero poder dar un giro a mi vida una vez más para encararme definitivamente hacia algo que realmente me llene, una faena que me haga sentir realizada día tras día. 

La profesión de maestro esta sumamente infravalorado por la sociedad española; otro aspecto de esta profesión que no me gusta un pelo. Comúnmente se cree que el profesorado se pega la gran vida y todo porque el período de vacaciones que tienen es similar al de los alumnos. Pero la verdad es que mientras dura el curso escolar tienen un montón de faena que tienen que hacer fuera de las horas laborales, como por ejemplo corregir, preparar las clases, buscar material, etc. Todo esto no se tiene en cuenta cuando se critica. Yo estoy a menos de media jornada y no tengo demasiado tiempo para preparar las clases de la tarde. También debo confesar que me cuesta ponerme a ello y que supongo que la falta de rodaje también influye (menos mal que mi jefa me echa una mano, un pie y lo que haga falta). Es lo que tiene que no te guste lo que haces, pero ahora mismo no tengo nada más, así que ajo y agua y a seguir adelante que no queda otra. De todas maneras, también he de confesar que cuando las clases funcionan, cuando los alumnos se comportan, cuando soy capaz de seguir las pautas que me he marcado para llevar a cabo la clase; un sentimiento de alegría me inunda y me siento francamente bien. Esto me asusta un poco porque me hace pensar que tal vez esto de ser maestra me acabe gustando con el tiempo. Quién sabe...

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