lunes, 9 de junio de 2014

Emergiendo

¡¡Estas dos últimas semanas han sido una auténtica locura!! Reconozco que hice un cálculo pésimo para distribuirme el tiempo de este segundo semestre: la idea era hacer las prácticas en el mínimo tiempo posible para así dedicarle más al TFG. ERROR. Acabé las prácticas cuando tenía pensado, a finales de abril, pero no pensé en que tenía que hacer la memoria y una serie de pasos más bien protocolarios que me dieron como resultado una semana (o diez días) prácticamente en blanco. Por otro lado, pensaba que el TFG se entregaba a finales de junio. ERROR otra vez. La fecha máxima es el 13 de junio (el viernes que viene, sin ir más lejos) y eso implicaba dos semanas menos de margen. ¿El resultado? Pues que en vez de tener dos meses largos para hacer el TFG me quedaba un mes escaso y lo tenía tan verde que pensé en tirar la toalla en varias ocasiones. Pero no lo hice.

He estado pencando como nunca. Bueno, como nunca no, que recuerdo que cuando acabé primero de bachillerato tuve que recuperar un montón de créditos que me habían quedado pendiente, me lo empollé todo en una semana y aprobé (otra ocasión en la que hice posible lo imposible). Pero en aquella ocasión tenía 16 o 17 años, ahora soy un poquito mayor... Pues con el TFG he arrastrado a mi tutor con mis prisas. Eso es lo que peor llevo, porque el pobre es uno de los pocos profesores que salvarías de la hoguera de todos los que te vas encontrando a lo largo de la carrera, tiene mucha faena y encima le vengo yo con las prisas de última hora. En fin, que para levantar cabeza tuve que recordarme a mi misma quién era, por qué estaba en la universidad y a quién se lo debía. Así fue como me puse las pilas a tope. Eso sí, durante estas dos últimas semanas se podría decir que prácticamente he estado viviendo en la biblioteca de la universidad: mis padres encargándose de las niñas (al menos de recogerlas en el cole para que yo me pudiera quedar una horita más adelantando faena), mi marido medio abandonado haciéndose cargo de todo lo que yo no hiciera, y mi cabeza tan llena de TFG que no daba cabida a nada más, ni siquiera a conversaciones en tiempo real. Sí, así de triste... Tenía la sensación de que mi capacidad mental se estaba reduciendo a cero por momentos y los dolores de cabeza eran constantes no ayudaban en el día a día (Ibuprofeno se llama mi mejor amigo). 

Sin embargo, hoy estoy emergiendo porque por fin "he acabado" el trabajo. Y lo pongo entre comillas porque oficialmente aún no está, estoy esperando el visto bueno del tutor, pero como mínimo lo más gordo ya me lo he quitado de encima. Me da pena haberlo hecho corriendo porque me gusta mucho la temática y me hubiese gustado disfrutar más de mi trabajo, indagar más, leer más y darle más riqueza al producto final; pero no ha podido ser así, las fechas mandan. La parte más positiva de todo esto es que me he podido poner en contacto con un amigo de la época del instituto que ahora vive en Japón y al que le he pedido ayuda (más bien "socorro", diría yo...) para poder hacer la parte más práctica del trabajo. Creo que el resultado final del TFG será un trabajo bonito, no de sobresaliente (aunque lo podría haber sido de no ser por las prisas) pero que valdrá la pena guardar.

1 comentario:

  1. Como coletilla a esta entrada me gustaría añadir que después de la defensa pública puedo decir bien alto que el TFG ha sido todo un éxito. Estaba un poco asustada porque el tema era un poco osado, ya que no es el típico tema de literatura o de lingüística, y temía que no supiera calzarlo bien en el contexto de la carrera. Pero ahora tengo la certeza de que he hecho bien mi trabajo y de que he superado mis propias expectativas. Los profesores del tribunal me han felicitado por ello y me siento muy orgullosa de mí misma. He roto moldes en muchos aspectos y ellos lo han valorado muy positivamente. Ahora solo falta esperar a la nota final.

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